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La subida al Everest, uno de los ochomiles más célebres del mundo, cuenta con un truculento y terrorífico recordatorio: los 200 muertos que yacen en las laderas del mismo. Los escaladores que sirven como hitos helados en el camino hacia la cima son un recordatorio de que esta seguridad es una mera ilusión.
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Hay 291 muertes registradas en el Everest desde la primera ascensión en 1953. La mayoría de los cuerpos han quedado en la montaña por el riesgo y la dificultad para ser rescatados.
Botas verdes fue un clásico del Everest. Es el apodo dado al cadáver de Tsewang Paljor, un indio miembro de una expedición de la Policía Fronteriza Indo-Tibetana que murió de frío junto a otras siete personas durante el desastre del Everest de 1996. El cuerpo momificado se encontraba situado en una cueva y todo aquel que quisiera hacer cima tenía que pasar a su lado, por lo que se convirtió en uno de los puntos de referencia de la principal ruta de ascenso de la arista Noreste del monte Everest.
El cuerpo estuvo ahí hasta mayo de 2014, fecha en la que desapareció misteriosamente. Se pensaba que los sherpas o los montañeros chinos lo habían enterrado. Sin embargo en 2017 fue redescubierto y enterrado definitivamente por un equipo encabezado por el director del Summits Club, Alexander Abramov. En 2006 otro escalador, David Sharp, murió de hipotermia en la llamada cueva de Botas Verdes, durante un ascenso en solitario.
Fue avistado aún con vida, sentado junto al cadáver y hasta 40 personas pasaron por su lado sin auxiliarlo.
Desapareció en 1982 y fue encontrado en 1992 sentado. Su cadáver sentado en la nieve sirvió durante años como hito a los alpinistas que tomaban la ruta sur. Dos nepalíes trataron de rescatar el cuerpo y murieron en el intento. Su cuerpo fue expulsado de la montaña ladera abajo.
El Saludador es el más famoso y uno de los primeros cadáveres que se pueden ver durante la ascensión al Everest. Le apodaron así porque el cadáver quedó petrificado con un gesto de saludar con los brazos. Se encuentra allí desde el año 1997.
El cuerpo de Francys Arsentiev estuvo visible para los escaladores durante nueve años, desde su muerte, el 24 de mayo de 1998, hasta el 23 de mayo de 2007. El 23 de mayo de 2007 tras un breve ritual fue lanzada al inferior en la cara del Everest quitando el cuerpo de vista. Su marido, Francys Arsentiev, murió también en su intento de encontrar a su mujer.
Francys Arsentiev, marido de la conocida como Bella Durmiente (en el círculo rojo), ante el paso de varios montañistas.
Fue uno de los primeros escaladores en intentar escalar el monte Everest. Su ascenso y posterior muerte ocurrió en 1924. Su cuerpo no fue encontrado e identificado hasta 1999. Es posible que fuera la primera persona en alcanzar la cima de la montaña.
Shriya Shah–Klorfine llegó a la cumbre en 201. Pasó 25 minutos celebrando su victoria antes de comenzar su descenso. Finalmente se quedó sin oxígeno y murió de agotamiento. Su cuerpo está 300 por debajo de la cumbre envuelto en una bandera canadiense.
El cuerpo de la nipona Shiriko Ota colgando con su equipamiento de la cuerda de ayuda para las ascensiones.
Fue un montañista inglés que pereció el 14 de mayo de 2006 cerca de la cumbre del monte Everest. Su muerte generó un gran debate en la sociedad porque fue rebasado durante su intento en solitario por hasta 40 montañistas sin recibir ayuda de ninguno de ellos. Murió paradójicamente justo al lado de Botas Verdes. Su padre mandó una expedición para rescatarlo. Su cuerpo fue retirado en 2007 finalmente. Se trató de rescatar también el cuerpo de Botas Verdes sin éxito.
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