El secreto menos visible
sevilla f.c.
Juanjo del Ojo, preparador físico y casi el único del cuerpo técnico sin apellido en el fútbol profesional, clave en la mejoría física y anímica
La presión en alta intensidad, primer síntoma
Sevilla/Utilizar toallas como improvisadas raquetas y balones fitball con las porterías como gigantesca red en un partido de tenis un tanto especial; dos picas como raíles para un balón en carreras, el coger en múltiples versiones, flexiones en el suelo con carcajadas para hacerlas amenas... las tareas de cohesión en el fútbol están a caballo entre la psicología y la preparación física y cumplen su función todo el año, pero más en momentos en los que, como se encontraba el Sevilla, había que dar un toque distinto.
El buen ambiente, la alegría... que se ha destacado en las primeras sesiones del nuevo cuerpo técnico se han achacado a la naturaleza de por sí motivadora de Joaquín Caparrós como director de equipo, pero tienen un nombre propio detrás.
Quizá es el único miembro del cuerpo técnico cuyo nombre no identifica el sevillista de a pie. No ha sido campeón del mundo como Marchena, no es una institución como Antonio Álvarez, ni ha sido un jugador querido como Paco Gallardo. Es un currante de la casa, preparador físico clave en los éxitos del juvenil que conquistó varios títulos nacionales con Agustín López y que llevó el buen nombre del Sevilla por la Youth League, la Champions de la categoría. Últimamente, responsable del departamento de optimización del rendimiento. Juanjo del Ojo es el gran acierto del cuerpo técnico. El preparador físico, junto a Carlos Otero, que le venía como anillo al dedo al estilo de fútbol del utrerano.
Y en el terreno de juego, tras apenas una semana de entrenamientos, no sólo puede palparse la alegría que reina en el vestuario, sino que la intensidad con la que el equipo se empleó ante la Real Sociedad está a años luz, por ejemplo, de la forma en la que el Sevilla presionó en la final de Copa ante el Barça y que tanto avergonzó al sevillismo. Y eso es lo que pide la afición, ni más ni menos. Una hinchada sabia como la nervionense no exige -por supuesto que no- ganarle a Messi y compañía en una final, pero sí que compita y que deje el pabellón del Sevilla lo más arriba posible. Que recite el himno en cualquiera de sus versiones, el de "la casta o el coraje" o el de "dicen que nunca se rinde".
Responsable en el fútbol de hoy día en el diseño de las tareas, que aglutinan los aspectos físicos y futbolísticos de una manera integrada, la importancia de un buen preparador físico es capital en el trabajo de un equipo de élite. En este sentido, ya ante la Real se pudo ver cómo se comporta este equipo con el sello de Caparrós y de Del Ojo. Una buena coordinación en la presión de alta intensidad, que se vio sobre todo en la primera mitad, con Banega y N'Zonzi en posiciones más adelantadas de lo habitual y con un equipo agresivo y que robaba el balón con facilidad en campo contrario; un equipo que creaba superioridad numérica para hacer esta presión mucho más efectiva cuando el rival llevaba el balón a las bandas... fueron las principales señas de identidad.
Situaciones de 5 contra 4 junto a la cal, de 4 contra 3 y de 4 contra 2 fueron habituales con, además, uno o dos hombres en vigilancia durante una primera mitad en la que el Sevilla casi no dejaba salir a la Real de su propio campo.
Lógicamente, el esfuerzo físico que ello requiere pasó factura después, pero es un sello propio, un sello que se asemeja, y quien lo haya visto jugar ya verá similitudes, al último juvenil División de Honor que logró llenar la ciudad deportiva de aficionados a la cantera. Tensión máxima, estar siempre cerca del rival para que no reciba cómodo y haya opciones reales de robo, presión de alta y muy alta intensidad en momentos clave, futbolistas entrenados para el robo tras pérdida... figuras todas ellas que casan con la forma de entender el fútbol de Caparrós y que encima tienen el componente lúdico en los entrenamientos. El trabajo deja de ser fatigoso cuando se hace con alegría y en ello tiene mucho que ver uno de los grandes secretos de un cuerpo técnico preñado de sevillismo. Es verdad que no ha salido en los cromos en sus tiempos de futbolista, pero hace mucho para que su equipo gane.
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