Sin saber cómo poner la manta

valencia | sevilla · Informe técnico

Berizzo mandó a Pizarro a vigilar las contras del Valencia y generó espacios en el medio al hundirse entre los centrales

En la segunda mitad, la nula velocidad del repliegue lleva al caos

Sin saber cómo poner la manta
Sin saber cómo poner la manta
Jesús Alba

22 de octubre 2017 - 02:33

Sin saber cómo poner la manta
Sin saber cómo poner la manta

En un nuevo desastre del sistema de vigilancias, Berizzo cumplió en Mestalla un extraño y dudoso logro; cómo salir con el equipo atrás cuidándose de conceder espacios a las temibles transiciones del Valencia y, sin generar apenas peligro (en Moscú sí puede decirse que lo hizo), encajar cuatro goles al contraataque. Los dos primeros en dos robos y los dos últimos a plena carrera tendida, una de ellas por tercer partido consecutivo en un saque de banda pésimamente defendido.

El entrenador del Sevilla trató de poner la manta de manera que tapase lo máximo posible la zona de influencia de los Zaza, Guedes y Rodrigo. Metió -encima lo anunció en rueda de prensa- a Pizarro casi entre los centrales, dejando mucho espacio entre su posición y los otros dos centrocampistas, ambos de creación, ambos de poco reprisse, Banega y Franco Vázquez. El resultado fue la manta rota por la mitad, lo que, junto a dos pérdidas de balón, propició dos contras del Valencia. Y si los espacios no aparecían en la zona de tres cuartos, sí aparecían más atrás. Lo suficiente para que las balas de Valencia cogieran velocidad y fueran imposibles de frenar para una defensa estática y lenta.

En la segunda parte, con 2-0, la manta Berizzo ya no sabía cómo ponerla. Un tímido paso adelante para no hacer ningún daño y otra vez una pasmosidad asombrosa para armar los repliegues. Un equipo con el norte perdido, sin saber lo que tiene que hacer en el campo y totalmente a la deriva.

Defensa

Berizzo eligió un triángulo de centrocampistas, que, aparte de su ubicación demasiado alejada entre los vértices superiores y Pizarro, no tienen precisamente chispa en sus traslaciones. Se generó un espacio amplio y generoso para los creadores del Valencia, Kondogbia empujando y Pareja buscando a los hombres rápidos de arriba. Y todo, ayudado por dos situaciones muy claras: Pizarro se hundía en la corona del área si no era Zaza quien lo sacaba y Guedes se metía para dentro arrastrando a Mercado. Los centrales ya tenían que empezar a salir de su zona, produciéndose el desequilibrio. En el caso del primer gol lo provocó Corchia.

En la segunda parte, la situación se agravó escandalosamente porque ya lo que se vio perjudicada fue la imagen del equipo. Mal las vigilancias, lentos los movimientos de repliegue y muy poca tensión defensiva.

Ataque

De mentira prácticamente todo. Si en Moscú puede decirse que encerró a su rival, en Mestalla no inquietó nada o casi nada. Berizzo apeló esta vez a Muriel y el colombiano no cambió la dinámica, más allá de que buscó cambios en las posiciones de ataque, algo que hacía el Celta y que en el Sevilla rara vez ha buscado el entrenador. Muriel se iba a la izquierda como hacía Guidetti para que Nolito entrase, pero Nolito no tiene la velocidad de movimientos de Guedes, Zaza o Rodrigo. Esto duró poco, además. En la segunda parte, sólo Corchia entró una vez.

Virtudes

Tímido empuje tras el descanso.

Talón de aquiles

La sensación es de equipo roto, física y mentalmente muy superado.

Uno por uno

Sergio Rico Lleva una mala dinámica, pero la verdad es que le llegan en manifestación. Así y todo, evitó un gol con 2-0.

Mercado Guedes lo sacaba de su sitio hasta que Corchia ocupó su lugar. De central sufrió igual, pero en estático.

Kjaer Todo lo bueno que apuntó en sus primeras citas lo está perdiendo de forma alarmante. Incómodo y lento.

Lenglet Está notando la reiteración de esfuerzos.

Escudero Siempre fue un lateral más de atacar que de defender y cuando su equipo tiene que defender más que atacar... pues eso.

Pizarro Lento de movimientos. Se hundió además él solo entre los centrales para no salir jamás ganador en los duelos. Muchos espacios a su alrededor, encima.

Banega Deambuló por el campo, regó pérdidas aquí y allá y dos de ellas acabaron en goles del Valencia.

Franco Vázquez Empezó entonado, viendo los pasillos, y acabó contagiado.

Jesús Navas En su línea de los últimos partidos. Insulso.

Nolito Se le acaba muy pronto el gas. Tiene calidad, pero nada de chispa y poca batería.

Muriel El fichaje más caro de la historia está fuera de forma, incluso descoordinado, como en algún control. Escandaloso.

Corchia Atacó a su par en vez de temporizar en el 1-0 y produjo el desequilibrio. En ataque, una llegada a gol.

Sarabia Si el mejor no es titular...

Krohn-Dehli Lo intentó.

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