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En un partido en el que tenía dos opciones, ser fiel a su idea de base y salir al ataque o apretar los dientes y sufrir en defensa, el Sevilla se apuntó a lo segundo, aunque lo que es sufrir, sufrir... sufrió en la primera parte, para lograr en la segunda defender algo más con balón, lo que le permitió equilibrar de alguna forma unos porcentajes que con anterioridad habían sido muy favorables al Lyon. Y esto no dejaba de ser peligroso en las aspiraciones de meterse en el bombo de octavos de final porque en cualquier momento un gol podía meter al cuadro de Genesio en la película e incrementar el nivel de agobio de los blancos.
Sampaoli, a su manera, planteó un partido práctico. Sin delanteros de salida, con un doble lateral en la izquierda y un doble pivote por el centro. Eso sí, con Nasri haciendo de enlace y confiado en las arrancadas de fuerza de Vitolo.
El Sevilla no movió el 4-4-2 de los últimos compromisos ni con el regreso de Escudero. Si todos los indicios al conocerse los nombres de los once elegidos eran la de una vuelta a la defensa de tres centrales, Mercado volvió a posicionarse como en Granada en el lateral, con Escudero por delante. El único cambio reseñable llegaba en el perfil de los centrales, cambiados en este caso, con Pareja en la izquierda y Rami en la derecha, quizá por los problemas que el costado que cubrían el francés y el argentino sufrieron en Los Cármenes. Pero el resultado fue que desde el primer momento el Lyon iba a atacar tanto ese costado como el otro, el de Mariano. Rafael entró muchísimo por el perfil de Mercado y Valbuena halló un filón en la banda del brasileño del Sevilla, poco ayudado por un Sarabia superado por Morel. En el centro, Iborra mantenía el tipo como podía. Era un cuerpo a cuerpo previsto el suyo y el de Nzonzi con los gigantes franceses que entraban por ahí, Tolisso y Gonalons.
Con todo y con eso, el Sevilla lo pasó mal en la primera mitad, no así a la vuelta de vestuarios, cuando logró mantener al Lyon más lejos de su área. En esa tarea fue clave Ben Yedder, que ayudó a mantener más el balón en campo rival con una buena asociación con gente como Nasri o N'Zonzi.
Un equipo acostumbrado a tener el balón tuvo que adaptarse a ser el dominado. Sin Mudo Vázquez, la función de Nasri era retrasarse para buscar a un N'Zonzi que con Iborra podía dar un paso más adelante, aunque en la primera mitad casi no pudiera. Los niveles de posesión antes del descanso avergonzarían a Sampaoli y a Lillo, 65% a favor de los franceses. Un dato revelador era que para encontrar el primer par de combinación de pases del Sevilla había por delante hasta 17 del Lyon, empezando por supuesto por la repetición Morel-Valbuena (12 veces). Sólo las galopadas de Vitolo lograban meter veneno el sistema defensivo local, así como alguna asistencia de Escudero o llegadas por fuerza de Mariano. En la segunda mitad, N'Zonzi se soltó más y el Sevilla se estiró algo más tocando con Nasri, Vitolo...
La calma y la base táctica para no perder el control.
Poco o muy escaso punch.
Sergio Rico Solvente y hasta providencial en algún balón en la primera parte. Da seguridad.
Mariano Pudo hacer dos penaltis y el primero además fue meridianamente claro ante un Valbuena que le exigió mucho. Pero se fajó y hasta inquietó en la banda de Morel.
Rami Cambió de perfil con respecto a Granada y también estuvo más solvente. No se complicó y fue intenso siempre.
Pareja Mantuvo el orden siempre mirando por el rabillo del ojo lo que hacía Mercado.
Mercado Repitió de lateral y volvió a demostrar que no es su posición. Superado por Rafael.
Sarabia No frenó a Morel y Mariano sufrió.
Iborra Fue clave para chocar con Tolisso y Gonalons y para mantener el edificio.
N'Zonzi Se soltó en la segunda mitad para ayudar a defender con balón.
Escudero De los más entonados, las dos ocasiones salieron de sus botas en pases a Vitolo y Mariano.
Nasri Sin mucho físico y discreto, pero haciendo de enlace y yendo a más.
Vitolo Sampaoli le aclaró el campo metiendo al equipo atrás y con su fuerza logró estirar al equipo.
Ben Yedder Con él respiró el Sevilla y empezó a tocar.
Kranevitter Se puso como ancla en un 4-1-4-1.
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