El año V
La temporada de la quinta Liga Europa alumbró el liderazgo definitivo de Vitolo en el Sevilla.
El canario, en su momento culmen a los 27 años, es clave en la camaleónica "idea" de Sampaoli.
Además, es un pilar en la nueva selección española.
Sevilla/El 28 de junio de 2013, los medios deportivos sevillanos, también los aficionados en esa grillera que son las redes sociales, se relamían con la llegada a Nervión, a préstamo del Chelsea, de un mago dispuesto a hipnotizar a todo el personal. Su nombre Marko y su apellido Marin, sin tilde. La gran noticia se remataba, casi como una apostilla, con la llegada de una apuesta de Monchi rebuscada de Segunda División. De nombre Víctor y de primer apellido, Machín.
También en el fútbol, el tiempo pone a cada uno en su sitio. El errante y disperso Marin aún no lo ha encontrado y Vitolo, Víctor Machín, bien que se ha trabajado el suyo. Radica en Nervión, donde es el líder de un equipo que ya figuraría en una hipotética liga con los 20 mejores equipos de Europa. Y radica también en la selección española, donde este año se ha convertido en uno de los pilares del nuevo proyecto de Julen Lopetegui. 2016 ha sido el año V para el Sevilla. No sólo por la quinta Liga Europa. También por Vitolo, su mascarón de proa.
No es una exageración afirmar que el canario, que recaló en el Sevilla con 23 años a cambio de unos 3 millones de euros para la UD Las Palmas, hoy es, a sus 27 años cumplidos el pasado 2 de noviembre, uno de los mejores jugadores españoles del momento. Lo demuestra día a día vestido de blanco.
Vitolo ha encajado como un guante en la "idea" que traía Jorge Sampaoli bajo su tatuado brazo. Ese fútbol de combinación y posesión, pero también de vocación camaleónica entre partido y partido o durante los mismos, no ha arredrado a un jugador tildado de "extremo", pero que es mucho más que un extremo. Sampaoli empezó probándolo como mediapunta escorado a la derecha, pero la constante agitación del de Casilda ha llevado también a Vitolo a atacar desde la izquierda, su sitio predilecto, o desde el centro o, como una de tantas notas extravagantes de este Sevilla, ocupar todo el carril diestro.
Hasta de punta ha actuado Vitolo. Lo hizo ante la Juventus en Nervión, donde el público se rindió a su fuerza y entrega en esos minutos finales, cuando Bonucci ya hizo el 1-2. Y lo volvió a hacer en Lyon, donde envió una pelota al poste y fue objeto de penalti, no señalado, en una acción posterior.
El enorme peso específico de Vitolo en este Sevilla, mayor aún que en la etapa de Unai Emery, se refleja en los números. Es el jugador que ha tomado parte en más partidos, 25 de los 27 oficiales. Y el tercero en minutos (2.005), por detrás sólo de Sergio Rico (2.100) y N'Zonzi (2.010).
Vitolo ha corroborado también su pujanza en los seis partidos que ha dirigido Lopetegui en la absoluta, cuatro clasificatorios para el Mundial de Rusia y dos amistosos. En todos ellos, Vitolo partió de titular, casi siempre como extremo derecho con libertad para irrumpir hacia dentro o sorprender en la izquierda. Ha marcado tres tantos, ha dado dos pases de gol y ha dibujado jugadas preñadas de calidad bajo ese estilo combinativo que ya preconizaba Del Bosque y que el nuevo entrenador trata de hacer más directo, más rematador.
35 millones
La cláusula del canario, nada descabellada; puede subir a 40 con variable
Hace unos días, el propio Vicente del Bosque entonaba un mea culpa en Sevilla y se lamentaba de no haberse llevado a Vitolo a la pasada Eurocopa. Lo hizo debutar en Holanda (marzo de 2015), pero en septiembre de ese año dejó de contar con el sevillista. Un año después, Lopetegui lo repescó.
Su progreso ha sido más sostenido que explosivo, como él es con un balón en los pies. Sólo un compañero le puede echar un pulso en la comparación, N'Zonzi. Su nivel futbolístico también se ha disparado, aunque su ascendencia entre el sevillismo no se pondrá a la par de la de Vitolo hasta que el galo no repita el gesto del canario y renueve su contrato, que expira en 2019. Si N'Zonzi tiene pretendientes de fuste, como Chelsea o City, también los tenía -e igual tiene - Vitolo. El que más, el Atlético por consejo de Simeone.
Tanto ha crecido Vitolo que su cláusula de rescisión, fijada en 35 millones de euros cuando el pasado agosto renovó hasta junio de 2020, se antoja bastante ajustada, aunque puede subir a 40 si se dan unas variables. El verano, su nombre volverá al tapete de alguna partida. De nombre Víctor. De apellido, Machín. Y el bueno era Marko Marin...
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