De Matías Prats a El Arrebato

Julián Rosa, aficionado ciego, relata con pasión su forma de vivir el fútbol desde la radio o en el ruidoso estadio

Julián Rosa Saavedra, con su transistor y el escudo de oro del Sevilla que le regaló su mujer.
Julián Rosa Saavedra, con su transistor y el escudo de oro del Sevilla que le regaló su mujer. / Juan Carlos Muñoz
E. Florido

09 de noviembre 2017 - 05:32

Sevilla/En su casa no hay radio de cretona pero sí transistores, titulares y suplentes. Tiene 84 años y hace una semana su hijo volvió a llevarlo al campo del Sevilla. "Los asientos son comodísimos. Hacía unos pocos de años que no iba". No le gusta el ruido. "A nosotros nos desorienta el ruido", dice en nombre de los invidentes. Pero el sonido de un estadio... "Al pan pan y al fútbol pasión, como decía Juan Tribuna. La afición sevillista es impresionante, hay que ver lo que anima. En Sevilla hay mucha afición. Y hablo también del Betis; soy amigo de Luis del Sol, y no soy antibético".

El que habla es Julián Rosa Saavedra y nació el 29 de agosto de 1933. A los pocos días de nacer perdió la vista. Pero eso no le impidió amar el fútbol. El Sevilla aún no había ascendido a Primera División. Lo haría esa temporada y a la siguiente ganaría su primer título nacional, la Copa de España de 1935. 11 años después llegó la Liga. "Recuerdo como si fuera hoy el día que fue campeón de Liga, fue el 31 de marzo de 1946. Estábamos en el colegio escuchándolo por la radio y en el comedor metimos un ruido con las cucharas en las mesas cuando terminó el partido... Empató a uno en Barcelona". Sin radio no había fútbol, ni sin pelotas de trapo.

En el colegio de la ONCE de la calle San Luis empezó a jugar al fútbol. "Me gustaba jugar de portero, usábamos una pelota de trapo con latillas y luego vino el balón con cascabeles dentro. Yo creo que el fútbol 7 lo inventamos nosotros, que jugábamos cinco o seis".

De La Rinconada se trasladaba a Nervión con sus amigos en aquellos años en que Juan Arza era el ídolo de toda una generación. "El Sevilla ha tenido jugadores de antología. El Pato Araújo, Ramoní, Luis Fabiano, Kanoute, Anton Polster, Zamorano,...". Va relatando Julián su nómina de cracks, hasta que le cambia la voz con Arza. "Hombre, Juanito Arza... Cuando le salía un partido bueno y hacía el caballito parecía que estábamos en la plaza de toros. Hacía unas virguerías... Era un fenómeno". Arza en el césped y en el micrófono "ese monstruo grande que era Matías Prats, de lo más grande que ha habido en locutores; era de Villa del Río, de aquí de Córdoba. Enrique Mariñas, que era gallego, iba mucho con él".

Su pasión hecha fútbol lo llevó también a Heliópolis y a ver los partidos del Sevilla Atlético. "Yo siempre me he puesto junto a la valla. Yo no veo el fútbol, pero me doy cuenta de muchas jugadas por cómo controlan el balón, por el golpeo. Muchas veces digo: ¿por qué no bajan el balón, por qué no lo rasean? Ahora ya no, ahora hay que ir con la radio". El ruido ambiental es tremendo. "Ahora están todo el partido cantando, sobre todo los Biris. Yo fui con ellos a un partido en Málaga, no veas cómo disfrutamos. Empatamos cero a cero, jugaba Scotta". Ante el Spartak tampoco marcó Ben Yedder. Pero cómo sonó El Arrebato. "Qué emoción".

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