Esclavo de sus vigilancias
getafe | sevilla
El modelo aniquila las opciones de proyectarse por estar cerca del par, incluso con la posesión del balón
Hasta los extremos pensaban en la transiciones defensivas más que en desmarcarse

Más allá del fogonazo de calidad que decidió el partido, la aparición de la Virgen en medio del desierto, el Sevilla dibujó en Getafe muchos de los problemas que puede encontrarse esta temporada con el modelo de juego que persigue y pretende implantar Berizzo y han decidido que se instaure en esta plantilla galáctica en fichas y en calidad futbolística. Preso de un sistema de vigilancias al que lo aboca su propio modelo defensivo, el equipo nervionense no supo proyectarse en ataque porque anda demasiado condicionado, incluso en sus posesiones, por esa obsesión por fijar los pares para organizar el repliegue en esos segundos decisivos que pueden determinar para bien o para mal las transiciones.
El resultado fue un Sevilla echado atrás, con Ben Yedder primero y Muriel después como un islote y no sólo los dos centrocampistas de movilidad del triángulo (ayer Krohn-Dehli y Ganso) con miedo a tirar un desmarque, sino también los extremos más preocupados por estar cerca de éstos. Jesús Navas y Nolito tenían la misión de no separarse demasiado del danés y del brasileño, incluso cuando las posesiones eran del Sevilla y tocaba crear. De esta forma, no hubo jamás, pero jamás de los jamases, un desmarque de ruptura. Y para dato, uno muy clarividente, que Mercado fuera siempre el que doblara a Jesús Navas por dentro. El mundo al revés: un campeón del mundo con 4 millones de ficha al año dejándole el pasillo a un central de cintura rígida. Parece raro, ¿verdad? Pues así ganó el Sevilla en Getafe, con una internada del argentino y una sutileza de Ganso, el jugador probablemente más perdido en el sistema de Berizzo que, curiosamente, cambió al perfil derecho cuando entró Sarabia.
Defensa
Los problemas no derivan de la defensa, sino de la descoordinación que el sistema de fijación de pares a veces provoca. Si ante el Basaksehir ya costó algún gol ese no saber de quién es quién, en Getafe las atolondradas misiones de apagafuegos de Pizarro derivaron en un par de rivales solos delante de Sergio Rico. Particularmente los medios que acompañan al que llaman el Conde -la costumbre pasada de moda de los argentinos de colgarles cartelitos a los futbolistas- no pierden de vista a sus pares ni cuando su propio equipo está saliendo. Ello provoca a veces un desatino que llega a la descoordinación en esos segundos en los que se arman las transiciones.
Hubo una mejoría en los últimos metros cuando Kjaer se cambió al perfil derecho. Ahí el danés ordenó mejor el cuerpo a cuerpo y tomó mejor la referencia del balón.
Arriba, la primera línea de presión era ficticia, pues Navas y Nolito no acompañaban a Ben Yedder. En realidad, estaba más atrás.
Ataque
Poca ambición y pocas líneas de pase, producto de no soltarse y vivir encorsetado por las vigilancias defensivas. Una prueba, que Ganso tuviera siempre que jugar de cara a Sergio Rico, algo que jamás hacía con Sampaoli.
Virtudes
La calidad, tarde o temprano, aparece en individualidades, aunque así es más difícil.
Talón de aquiles
Que primen las vigilancias defensias sobre las ofensivas.
Uno por uno
Sergio Rico Salvador en dos acciones a bocajarro. Una en la primera parte y otra al final.
Mercado Algo no está bien confeccionado en la plantilla cuando un central de su perfil es el que penetra una y otra vez en campo rival. Cumplió y dio un pase de gol, pero... ¿de verdad estaba previsto así?
Pareja Tiene 32 años, las rodillas muy tocadas y éste va a ser su son todo el año. Si encima se lo lleva Sampaoli... Conviene pensarse que Kjaer sea ya el jefe de la zaga.
Kjaer El mejor junto a Sergio Rico. Se creció en el perfil diestro.
Escudero No apareció nunca por su pasillo. Desconocido, a no ser que su cometido fuera ese.
Pizarro Ya lo exhibió en pretemporada. Apaga incendios que él mismo provoca. Pero a veces...
Krohn-Dehli Obligado a hacer un esfuerzo que acaba pagando. Sin balón recorre metros que a veces no le corresponden y con la pelota, pues no le aparecen los espacios.
Ganso A su falta de ritmo se le une que Berizzo lo perfila siempre hacia atrás y ahí sí es jugar con uno menos. Aun así...
Jesús Navas Escondido en la banda y sin soltarse nunca.
Nolito Aturrullado y también sin buscar el espacio.
Ben Yedder Una isla.
Lenglet Le sobró alguna falta, pero cumplió en la globalidad.
Muriel Esa potencia pide gol.
Sarabia Lo intentó y buscó.
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