Antecedentes para la ilusión

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Las dos veces que el Sevilla sumó 27 puntos en el primer tercio liguero acabó en puesto de Champions

La rotación, aspecto a mejorar en una fase clave

Jorge Sampaoli sonríe a los pequeños que saltaron al césped el sábado para fotografiarse con el equipo titular.
Jorge Sampaoli sonríe a los pequeños que saltaron al césped el sábado para fotografiarse con el equipo titular. / Antonio Pizarro
Eduardo Florido Sevilla

28 de noviembre 2016 - 02:36

El Sevilla acaba de cumplir un tercio de la Liga y, tras 13 jornadas, está en una posición envidiable. Instalado arriba por méritos propios, la clasificación a estas alturas ya no puede engañar. Tras el sufrido triunfo ante el Valencia, la escuadra de Jorge Sampaoli acumula en su casillero 27 puntos, lo que significa en una comparativa con la historia del club el segundo mejor puntaje hasta ahora. Sólo en la temporada memorable 06-07 acumulaba el equipo entonces entrenado por Juande Ramos un punto más, 28. El técnico argentino ha mejorado el gran arranque del de Unai Emery en la 14-15 por un punto, y ha igualado el de Manolo Jiménez en la 09-10. Y esos antecedentes dan pie a la ilusión.

Las dos ocasiones en las que el Sevilla alcanzó o superó la barrera de los 27 puntos a estas alturas de temporada, el equipo terminó en puestos de Liga de Campeones. Fue tercero en la histórica campaña en la que acarició la Liga y ganó la UEFA y la Copa del Rey, y terminó cuarto en aquella otra temporada convulsa que empezó con Jiménez y terminó con Antonio Álvarez, quien logró el cuarto puesto in extremis, con aquel gol de Rodri en Almería tras la expulsión de Negredo, y levantó la Copa en el Camp Nou. Aquel equipo, empero, se quedó sin jugar la Champions al caer en la previa ante el Sporting de Braga, lo que minó la parca trayectoria de Álvarez.

El Sevilla, además de estar en la estela del líder Real Madrid, ha abierto una pequeña brecha con sus iguales, a falta de lo que haga hoy el Athletic en Las Palmas. Es el rédito de haber logrado ocho triunfos y tres empates y de haber encajado sólo dos derrotas, en San Mamés y ante el Barcelona. Aunque el bagaje es muy similar al que había logrado a estas alturas Emery en noviembre de 2014. Entonces, el Sevilla acumulaba ocho triunfos, dos empates y tres derrotas y pese a que su equipo finalmente logró el récord histórico de puntos, con 76, no alcanzó de milagro al Valencia y se quedó quinto. Su clasificación para la Champions tuvo que certificarla ganando la Liga Europa al Dnipro. No es el camino deseado por el club, ni por el propio Sampaoli, que quieren asentarse en la élite española y europea metiéndose en la Champions desde la Liga.

Cada temporada es distinta y lo mismo que el tercer puesto en la 06-07 supo a poco porque el Sevilla pudo disputar el título de Liga, en la 09-10 el cuarto supo a gloria, aunque fuese un éxito efímero. Asimismo, cabe recordar que los puntajes y las clasificaciones siempre son relativos, por cuanto el logro final depende de la puntuación de los rivales directos, como se evidenció en la campaña del récord de los 76 puntos y el quinto puesto.

Pero la sensación que deja este primer tercio liguero es que Sampaoli ha enganchado a su plantilla y a su afición, con algún matiz mejorable, sobre todo en lo relativo a la adecuada rotación y el reparto de esfuerzos. El Sevilla sacó el partido adelante con el Valencia con muchísimo trabajo, algo más que lógico tras el esfuerzo tremendo del martes anterior ante la Juve, habiendo jugado una hora con diez jugadores. El ejemplo de la derrota del equipo de Massimiliano Allegri, por 3-1 ante el Genoa, evidencia cómo castiga la Champions...

Ahora llega una fase de apretura del calendario en la que Sampaoli debe centrar sus esfuerzos en darles minutos a los que más lo necesitan para poder tirar de ellos sin que se note su inactividad. Para ello, el partido de la Copa del Rey del miércoles se presenta como ideal. Porque la semana es apretadísima: tras la visita a Granada, con la Liga sin dar respiro, viaje a Lyon para jugarse la continuidad en la Champions, en un partido clave para el resto del curso.

Sampaoli ha echado de menos en este último tramo a Nasri, desde que forzó ante el Barça. Lo está mimando para esa cita de Lyon. Ante el Valencia, el equipo estuvo lastrado por el esfuerzo. Sólo entraron en el once titular dos refrescos, Kranevitter y Sarabia, y salieron suplentes con poco protagonismo: Kiyotake, que cumplió pese a llevar más de dos meses sin jugar salvo un cuarto de hora ante el Dinamo de Zagreb; Correa, que volvió a evidenciar cierta falta de confianza; y Ben Yedder, que lleva los mismos goles en total que Vietto, cinco, pese a haber jugado casi la mitad de los minutos: 1.376 frente a 723.

Una vez definido el once base, el equipo técnico de Sampaoli debe analizar el reparto de esfuerzos y responsabilidades y dar confianza a los menos habituales, porque van a ser necesarios. La Champions desgasta, así como luchar en los tres frentes que se abren ya. Todas las piernas serán pocas...

La Juve paga el esfuerzo: 3-1

Que la Liga de Campeones, con su carga de tensión y su altísimo nivel competitivo, pasa factura no es nuevo. El Sevilla sufrió muchísimo frente al Valencia y además rindió por debajo de lo habitual en cuanto a posesión de la pelota, saques de esquinas, juego combinativo... Fue un partido espeso que sacó adelante por el compromiso y la implicación de sus jugadores y también por la intervención espectacular de Sergio Rico con ese paradón en el minuto 94. El pago del esfuerzo ante la Juventus se quedó en la mala imagen y el sufrimiento, pero asió los tres puntos. No puede decir lo mismo la Juventus, que perdió el tercer partido de la Serie A en su visita al Genoa, por 3-1 y, además, Daniel Alves se lesionó de gravedad al fracturarse el peroné. El equipo de Massimiliano Allegri, pese a contar con un día más de descanso, pagó la trabajada y afortunada victoria en Sevilla. Sólo entraron tres futbolistas nuevos en el once titular del martes, por cierto: Lichtsteiner, Benatia y Hernanes.

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