Una mudanza blindada
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La Universidad de Sevilla traslada sus tesoros bibliográficos bajo fuertes medidas de seguridad y un seguro de 84 millones de euros.
Los tesoros bibliográficos de la Universidad de Sevilla ya descansan en las cámaras de seguridad de la nueva biblioteca Rector Antonio Machado y Núñez, en la avenida Eritaña, que mañana abrirá sus puertas tras dos años de retraso por falta de financiación.
La mudanza del fondo antiguo, formado por 917 volúmenes manuscritos, 330 incunables, 8.000 libros del siglo XVI y una amplia colección de los siglos XVIII y XIX, finalizó hace escasos días tras dos meses y medio de trabajo a cargo de la empresa Ordax. Entre los ejemplares más notorios que se han trasladado a las nuevas instalaciones destacan la Biblia de Gutenberg y el plano de la ciudad de Sevilla de Pablo de Olavide.
"Sólo tres personas conocíamos el protocolo de seguridad", reconoce José Manuel Ordax, CEO de la compañía encargada del traslado, en el que también participaron agentes de la Policía Nacional. "Son obras de gran valor y de difícil manipulación, que requieren custodia policial", explica. "Sólo la Biblia de Gutenberg es de un valor incalculable. Es un volumen único". La póliza de seguro de estos bienes durante el proceso era de 84 millones de euros, según indica Ordax. Y el coste de la mudanza, sacada a licitación pública, ha sido de 58.000 euros.
Los momentos más críticos y arriesgados de una mudanza de estas características son el embalaje y el desembalaje. En el caso de los ejemplares de mayor valor, los llamados incunables, se embalaron en un papel especial con productos neutros, sin posibilidad de corrosión. "Estas obras siempre se deben manipular con las dos manos. Son productos con más de 500 años", comenta José Manuel Ordax. Una vez envueltos en este papel especial, se colocaron dentro de unas planchas negras donde quedaron inmovilizados, para evitar las vibraciones, y se metieron en cajas de maderas climatizadas con unas condiciones especiales de humedad y temperatura. "Antes del traslado, las obras permanecieron 24 horas en las cajas para que se adecuaran a su nuevo entorno", señala Ordax. "Los libros son una materia viva", añade.
Durante el traslado de las obras, la empresa contó con escolta policial. "Afortunadamente, el recorrido entre el Rectorado y Eritaña es corto, pero sólo un grupo reducido de personas conocíamos la ruta y el protocolo de seguridad, previamente aprobado por la Policía", señala el responsable de la empresa. Una vez descargados los ejemplares en las cámaras de seguridad de las nuevas instalaciones, permanecieron en sus cajas durante otras 72 horas para su aclimatación. "Una temperatura y una humedad inadecuada pueden provocar que el libro se resquebraje y se convierta en polvo en tus manos", subraya Ordax.
Los libros fueron colocados en cámaras de seguridad, habitaciones herméticamente cerradas, climatizadas y con un sistema de extinción de incendio por gas. Además, estas salas, según comenta Juan Manuel Ordax, cuenta con armarios ignífugos.
"Los libros antiguos necesitan unas condiciones especiales para su conservación. Hace 400 años nadie se preocupaba de este tema y por eso han llegado hasta nuestro tiempo tan pocos ejemplares de estas características", manifiesta el responsable de la empresa Ordax, con más de 25 años de experiencia en el movimiento de obras de arte tanto en España como en el extranjero.
La apertura de la nueva biblioteca general de la Universidad de Sevilla, con un coste total de casi seis millones de euros, supone la culminación de un largo y tortuoso proceso que comenzó con la malograda biblioteca del Prado de San Sebastián. El proyecto, diseñado por la arquitecta iraquí Zaha Hadid, fue tumbado primero por el Tribunal Superior de Justicia y después por el Tribunal Supremo.
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