Teodoro Falcón
IV Centenario de la visita a Sevilla del rey Felipe IV (1624)
Patrimonio
Crear un modelo matemático que imite el comportamiento humano y que permita identificar patologías en el patrimonio y determinar el mejor modo de actuar. Ése es el objetivo del programa Art-Risk que está desarrollando un grupo de investigadores dirigidos por la profesora Pilar Ortiz, de la Universidad Pablo de Olavide. Los científicos han realizado una serie de estudios mediante técnicas no invasivas para conocer el estado de conservación de una serie de templos de la Archidiócesis de Sevilla contado por primera vez con una "ambulancia móvil" diseñada por la doctora Roxana Radvan. Los resultados de este trabajo se entregarán a la unidad de obras y rehabilitaciones del Arzobispado para su uso en futuras restauraciones, según ha anunciado la Archidiócesis.
El programa Art-Risk, que cuenta con la financiación del Ministerio de Economía y Competitividad, persigue desarrollar modelos mediante la inteligencia artificial con una finalidad conservativa, como explicó a este periódico la profesora Ortiz: "Lo que buscamos es que los edificios no se degraden más con el tiempo. El modelo es preventivo para que no sigan aumentando los problemas". Además de esta finalidad, el proyecto tiene un cariz divulgativo puesto que todos los datos que se extraigan se expondrán en el máster Diagnóstico del Estado de Conservación del Patrimonio Histórico, que imparte la Universidad Pablo de Olavide.
Los investigadores, que durante estos días han estado trabajando en las céntricas iglesias de Omnium Sanctorum, San Román, San Julián, San Marcos, Santa Marina y la Magdalena, han realizado dos tipos de análisis. Físicos, con diversos aparatos y técnicas, como el doppler, que utiliza ultrasonidos para evaluar alteraciones superficiales; el Georradar, que escanea el suelo par identificar humedades, huecos, o criptas; y la fotogrametría, para conocer con detalle y en 3D zonas determinadas que se encuentren en mal estado; y químicos, mediante la espectroscopia de infrarrojos y la fluorescencia de Rayos X, que identifican la composición de pinturas o azulejos. "Algunas de estas técnicas son habituales. Otras son muy novedosas, como el doppler. La idea de usarlos en conjunto y con un equipo portátil, en una ambulancia, es algo nuevo y que nos ofrece muchas posibilidades".
El programa Art-Risk es una continuación de otro proyecto en el que los investigadores tuvieron la oportunidad de estudiar las primeras parroquias del casco antiguo de Sevilla. Para comenzar a trabajar se han elegido en primer lugar los templos ya señalados, pero durante los próximos tres años se ampliarán los análisis a medio centenar de iglesias de toda la Archidiócesis.
Los estudios que han realizado en los últimos días han deparado una gran cantidad de datos que ahora tienen que ser estudiados y ordenados con tranquilidad para su posterior difusión: "Por las primeras impresiones que tenemos nos hemos encontrado lo que esperábamos. En general, el estado de conservación de estas iglesias es bueno, no en vano algunas se han restaurado en los últimos años. Sí hay problemas causados por las humedades, pero eso en Sevilla es algo muy común".
En este proyecto han trabajado directamente sobre el terreno, además de Pilar Ortiz, los investigadores Roxana Radvan, Alexandru Chelmus, Lucian Ratoiu, Laurentiu Angheluta, Claudia Constantin, Luminita Ghervase, Ioana Maria Cortea, del Laboratorio de optoelectrónica aplicada al patrimonio del INOE de Bucarest; Javier Becerra, Ana Tirado y Rocío Ortiz, de la Universidad Pablo de Olavide; y Juan Manuel Macías, de la Universidad de Sevilla. También colabora el Instituto Valenciano de Conservación Restauración y el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH).
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