Un espacio verde en el limbo
Urbanismo aún no ha abierto, tras haberlo prometido hace un año y cuatro meses, el proceso de participación vecinal para definir los usos del Huerto del Rey Moro
Tras siete años de movilizaciones vecinales y compromisos políticos, el futuro de la Huerta del Rey Moro, uno de los pocos espacios verdes ubicados en el intrincado plano del casco antiguo, sigue siendo una incógnita.
Aunque hace ya más de un año y cuatro meses que el anterior delegado de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, anunció que se abriría un proceso de consultas para convertir a esta antigua huerta medieval de 5.000 metros cuadrados en un espacio verde público, lo cierto es que, a día de hoy, la plataforma La Noria de Amigos del Huerto del Rey Moro, que agrupa a las asociaciones de madres y padres de los colegios cercanos y a numerosas entidades vecinales, no ha recibido ninguna invitación a mostrar sus propuestas, como ha confirmado a este periódico David Gómez, miembro de la entidad. Por su parte, la Gerencia de Urbanismo no ha respondido a las preguntas realizadas a este respecto.
Pocos ciudadanos conocen este oculto solar de titularidad municipal embutido en el interior de la manzana que se levanta entre las calles Sol y Enladrillada, una antigua huerta que, según algunos estudios, pudo pertenecer al Convento de Santa Paula y que debe su pintoresco nombre a la anexa casa del Rey Moro, edificación gótico-mudéjar considerada como la más antigua construcción doméstica de Sevilla. Increíblemente, este espacio ha permanecido virgen en casi su totalidad durante más de cinco siglos. Precisamente, el próximo 22 de mayo se cumplen diez años de su declaración como Bien de Interés Cultural por parte de la Junta de Andalucía.
Aunque la movilización vecinal consiguió en octubre de 2009 que la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA) desistiese de la construcción en el huerto de viviendas de protección oficial y de que La Noria cuenta con el compromiso verbal del antiguo delegado de Urbanismo -adquirido en una reunión donde también estaba el actual, Manuel Rey-, la plataforma teme que un cambio de opinión o de color político en el Ayuntamiento acabe con este espacio verde en el que, actualmente, se desarrollan numerosas actividades. Por eso, solicitan que se reforme el Plan General de Ordenación Urbana, "por el método que sea pertinente", para alejar de una vez para siempre el fantasma de la construcción.
Recientemente, el pasado 22 de diciembre, La Noria mandó un escrito a Manuel Rey en el que se le instaba a que Urbanismo cumpliese con los compromisos adquiridos. Hasta la fecha no se ha recibido ningún tipo de contestación. En dicho documento se recuerda a Rey que "es indispensable efectuar la correspondiente modificación puntual del PGOU, pues éste sigue recogiendo la construcción de edificios encima del Huerto del Rey Moro". Asimismo, se solicita que se restablezca "la unidad funcional entre la Casa del Rey Moro y su antigua huerta, al que podría darle un magnífico servicio y complemento". Por último, se "invita" al delegado de Urbanismo a realizar una visita para "contrastar la realidad física, medioambiental y social de este espacio único".
Hoy se cumplen siete años de la apertura al barrio de esta zona verde. Desde entonces, se han realizado de forma autogestionada infinidad de actividades. La más destacable es la de los huertos escolares impulsados por las asociaciones de madres y padres de los colegios Sor Ángela de la Cruz, Huerta de Santa Marina (antiguo Padre Manjón) y Macarena (antiguo Altos Colegios). Por curso, pasan por la Huerta del Rey Moro unos 500 alumnos que toman un contacto con la naturaleza y los valores ecológicos muy difícil de conseguir en las ciudades contemporáneas. Al socaire del éxito de esta iniciativa se organizaron los huertos vecinales, compartidos ya por un centenar de personas, lo que ha obligado a crear un cuadrante de uso. Además, se organizan sesiones de cine de verano, piscinas infantiles, conciertos de música, actos de diversos colectivos sociales, etcétera.
Pero, sobre todo, la gran contribución de La Noria ha sido preservar para las actuales y futuras generaciones una gran mancha verde en pleno centro de Sevilla. El Huerto del Rey Moro sigue en el limbo de las decisiones municipales aplazadas sine díe. Sin embargo, difícilmente se podría justificar un cambio brusco de opinión por parte del Ayuntamiento.
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