Espadas a Beltrán: "Con la chulería no se va a ninguna parte"
pleno municipal
El alcalde y el jefe de la oposición se enzarzan en una fuerte discusión tras aprobarse las ordenanzas fiscales
El regidor acusa al portavoz del PP de "chantaje" por amenazar con los presupuestos
Sevilla/Chulería y chantaje. Se trata de los términos que empleó ayer el alcalde de Sevilla al responder a la advertencia lanzada por el jefe de la oposición, Beltrán Pérez, quien le recordó la necesidad de contar con su grupo para que los presupuestos del próximo año salgan adelante. La llamada de atención no le sentó nada bien al regidor, quien lejos de amedrantarse le recordó al portavoz del PP el bagaje político de su grupo desde que perdió la Alcaldía en 2015. Juan Espadas aprovechó la ocasión para hurgar en la herida. Le refrescó la memoria al centro-derecha sevillano: "Lleváis tres años atascados".
Era la segunda vez que el alcalde hablaba. La primera fue para poner fin a la discusión sobre el escudo oficial de la ciudad. La segunda vendría a raíz del punto 26, en el que se daba curso a la aprobación final de las ordenanzas fiscales y precios públicos para 2018. IU se había posicionado en contra, mientras que el PP, Participa y Ciudadanos se habían abstenido. El proyecto salía adelante. Desde la bancada popular no querían que pasara la ocasión sin que quedara evidente su "necesaria" colaboración para que la normativa tributaria pueda aplicarse en el nuevo año. También lo hizo el portavoz del partido naranja, Javier Millán, pero con un tono más conciliador. El que empleó Beltrán Pérez fue en modo de seria advertencia. Y dirigido hacia el regidor. Sin titubeos.
"Le ha costado respirar, señor alcalde", fueron las primeras palabras del líder de la oposición en esta intervención. Pérez hizo ver la necesidad que tiene Espadas de contar con su grupo para que la nueva ordenanza lograra la luz verde en su último trámite. "Si el PP no hubiera querido, las nuevas tasas no se habrían aprobado". Una declaración que elevaba a indispensable la colaboración del partido del palomar. Después llegó la alerta más arriesgada. La que encendió por completo los ánimos del alcalde: "Esto es un aviso para los presupuestos, porque vamos a vigilar siempre los intereses de la ciudad, que pueden no coincidir con los de usted".
Segundos después llegaba la respuesta de Espadas, que retomaba esta frase para recordar al portavoz popular que desde hace tres años su partido no gobierna la ciudad y que "los intereses de la derecha no coinciden con los de Sevilla". "Entiendo que en los años de mayoría absoluta impusierais vuestros intereses", refirió el alcalde, que a continuación puso el dedo en la llaga al mencionar la deriva del principal partido de la oposición desde que perdió la Alcaldía en 2015. "Habéis tenido tres portavoces y se han ido muchos de vuestros concejales", incidió el regidor, quien reconoció que su gobierno en minoría le obliga a llegar a "acuerdos políticos" con otros partidos, como Ciudadanos, para sacar las cuentas municipales adelante. "Por tales circunstancias tengo que aceptar una bajada del IBI, aunque no sea partidario", puso de ejemplo Espadas, quien pidió a los 31 concejales "responsabilidad política" para aprobar los presupuestos. "El que salgan adelante depende de tres fuerzas políticas. Si no se logra, yo me encargaré de que el último sevillano conozca el motivo", advirtió.
Tras estas palabras le recriminó al portavoz popular el tono empleado en su anterior intervención: "Le sobran maneras, pero con la imposición y la chulería no se va a ninguna parte". Una frase que elevó la crispación del momento y a la que siguió otra no menos altiva. "Yo voy a buscar siempre el acuerdo, lo que no voy a hacer es chantaje político".
Este cruce de declaraciones se ha convertido en uno de los momentos de mayor tensión política de este año. Se produce, además, en un contexto social y temporal que no es ajeno a sus protagonistas. Por un lado, en el PP se prevé que en el próximo trimestre se elija el candidato para los comicios de 2019. Beltrán Pérez se postula como el principal aspirante, de ahí que quiera hacerse notar y erigirse como figura clave para que la política de un gobierno en minoría esté condicionada a los acuerdos que se alcancen con su grupo. Por su parte, el alcalde se enfrenta, por tercer año consecutivo, al farragoso trámite de tener que sacar unos presupuestos adelante con sólo 11 concejales. Una circunstancia por la que no está dispuesto que se deslegitime su figura de mandatario. El tercer protagonista en este escenario es el grupo que lidera Javier Millán, que en este mandato ha adquirido una relevancia especial en el engranaje de la política municipal. Un compañero de viaje que, a año y medio de las elecciones, empiezan a disputarse los dos grandes partidos.
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