"El teléfono móvil no debe ser el regalo estrella en la primera comunión"

La Policía recomienda a los padres que retrasen la edad de acceso de sus hijos a los 'smartphones'.

Los agentes demuestran la facilidad con la que se puede acceder a los datos y a las cuentas en redes sociales.

Los policías Virginia Sierra, José Antonio Alonso y Francisco Anguita charlan con el delegado del Gobierno, Antonio Sanz, y el coordinador del Plan Directr, Rafael Martín.
Los policías Virginia Sierra, José Antonio Alonso y Francisco Anguita charlan con el delegado del Gobierno, Antonio Sanz, y el coordinador del Plan Directr, Rafael Martín. / Juan Carlos Vázquez
Fernando Pérez Ávila

23 de marzo 2017 - 13:53

En un capítulo de la última temporada de Black Mirror, unos hackers consiguen entrar en el ordenador de un adolescente y hacerle fotos con su propia cámara. Con ellas luego le chantajearán hasta anularle por completo su voluntad y tenerlo a su merced para obligarle a cometer actos delictivos. Es ficción, pero no está demasiado lejos de la realidad. Tanto que la Policía aconseja que se tapen con cinta americana las cámaras de los ordenadores portátiles y que no se lleven los teléfonos móviles al cuarto de baño, para que nadie pueda obtener una fotografía comprometida del usuario accediendo por vía remota a sus dispositivos.

Este es uno de los consejos que la Policía Nacional da a los alumnos, padres y profesores durante las frecuentes charlas que imparten agentes de este cuerpo en los colegios e institutos de Sevilla que así lo piden. Estas sesiones forman parte del Plan Director para la convivencia y mejora de la seguridad en los centros educativos y sus entornos. En ellas, los agentes se han encontrado con niños de seis años que ya tienen sus propios teléfonos móviles, y a niños de siete que han llegado a pegar o amenazar a sus madres para que les compren un smartphone.

Dos menores juegan con sus teléfonos móviles.
Dos menores juegan con sus teléfonos móviles.

Por ello, los policías aconsejan a los padres que el teléfono móvil no se convierta en "el regalo estrella" para los niños cuando hacen su primera comunión. "En los últimos años está siendo así. El móvil es el regalo estrella y es mejor retrasar la edad de acceso a estos dispositivos porque lo que se regala es un smartphone, que no sólo es un teléfono sino un ordenador, con todos los peligros que ello conlleva para un niño", expuso este jueves el inspector Francisco Anguita, delegado de Participación Ciudadana de la Policía Nacional en Sevilla, durante su participación en la Delegación del Gobierno en Andalucía en una demostración práctica sobre los riesgos de internet. Sobre la edad recomendable para regalar un móvil, el inspector ironizó: "Quizás mejor esperar a la confirmación. Y si es posible a la pedida de mano".

Anguita, junto con los policías José Antonio Alonso y Virginia Sierra, explicó en qué consisten las charlas que imparten en los colegios. Uno de los agentes demostró con qué facilidad puede alguien acceder a un perfil privado de redes sociales, conocer muchos datos de una persona a través de una simple fotografía que haya subido a la red e incluso cambiar el nombre de un vídeo de Youtube y el número de visualizaciones que éste lleva.

CONSEJOS

Ojo con las redes públicas

Las redes wifi públicas son muy vulnerables. Cualquier hacker puede entrar en un teléfono móvil que esté conectado a internet en un lugar público y enviar mensajes desde ese terminal, además de acceder a toda la información disponible en él mismo.

No subir nunca 'selfies'

Las autofotos o selfies son las imágenes más codiciadas por los ciberdelincuentes, que buscan principalmente aquellas fotografías en las que se aprecie bien la cara del adolescente que las sube, para luego poder extorsionarle difundiendo su foto o haciéndole algún montaje.

No divulgar nada de gustos

La información sobre gustos permite a los groomers o acosadores virtuales obtener datos sobre sus víctimas. De esta manera, podrá ganarse la confianza del menor más fácilmente. Para ello no dudará en hacerse pasar por otro menor, utilizando alguna fotografía de otra persona.

Cuidado con las vacaciones

Es habitual que la gente divulgue fotografías de sus vacaciones. Esas fotos contienen metadatos que permite a los hackers saber dónde y cuándo se tomaron. Si antes se ha subido alguna desde el domicilio, los ladrones ya saben dónde viven sus víctimas y que la casa está vacía.

Pregunta de seguridad

Si alguien nos pide amistad en Facebook o en otra red social, siempre hay que hacerle una pregunta de seguridad, aunque sea un amigo conocido. Si lo es realmente, contestará inmediatamente. Si tarda, puede ser un intruso que esté buscando información.

No publicar fotos de niños

Para algunos padres es habitual ir contando el crecimiento de sus hijos en las redes sociales, publicando decenas de fotografías de ellos. Para cualquier pedófilo, este tipo de padres son una mina, puesto que pueden conseguir fácilmente las imágenes de los pequeños y luego reenviarlas.

Guardar las fotos en disco

Tampoco es aconsejable ni siquiera disponer de muchas fotografías de los menores guardadas en los teléfonos móviles, puesto que no todos son seguros y, sobre todo si el terminal se conecta desde un lugar público, existe un gran riesgo de que alguien pueda acceder a las imágenes.

Los agentes recomendaron no subir ninguna información importante a las redes sociales. Las fotos, preferiblemente que sean hechas desde lejos para que no se aprecie bien la cara. "Los selfies son las fotos más peligrosas, puesto que cualquier persona puede coger la foto de la cara y hacerle un montaje sobre un cuerpo desnudo, con el que luego chantajeará al menor para que le mande fotos comprometidas a cambio de no distribuir el montaje o quitarlo de la red. En este caso, los ciberdelincuentes suelen buscar las fotos en las que sea vea bien la cara. Ahora está de moda que los niños se hagan fotos con pinta de malote, con flequillo y sin camiseta, mientras que las niñas lanzan besitos en el típico gesto de los morritos. Lo ideal es que las fotos que se suban a las redes sociales estén tomadas de lejos para que, cuando alguien las amplíe, no pueda sacar bien la cara porque se pixela", indicó José Antonio Alonso.

Tampoco es aconsejable indicar en los perfiles información sobre gustos. "Si un menor dice que le gustan los pokémon, un tipo puede empezar a hablar de este asunto y así ganarse la confianza hasta que consiga obtener información de él". Lo que describe es una práctica conocida como grooming, que consiste en hacerse amigo del menor -haciéndose pasar por otro adolescente- hasta conseguir información sensible y fotografías comprometidas con las que luego pueden extorsionarle o abusar de él.

Los policías demostraron cómo mediante una simple fotografía se puede saber dónde está la persona que lo ha hecho. Por eso, tampoco es bueno subir muchas fotos tomadas desde casa. "Si yo he subido muchas fotos desde la misma ubicación, y luego pongo que este fin de semana me voy a la playa, alguien ya puede saber que mi casa se va a quedar vacía". El agente tomó algunas fotos de internet y averiguó la ubicación, fecha y hora en la que se hicieron las fotografías. Aunque se suban desde otro lugar, la imagen contiene metadatos. Y se pueden rastrear con programas de fácil acceso para los mínimamente instruidos. "Yo mismo me metí una vez en el panel de control de una central nuclear", admite el policía, que también descubrió que su vecina le robaba el wifi y se dedicó a apagarle y reiniciarle el router durante un tiempo.

A los padres, la Policía recomienda no contar toda la vida de sus hijos en internet y, por supuesto, no colgar fotografías de ellos. Tampoco es aconsejable tener fotografías de los niños en el teléfono móvil, puesto que para un hacker es fácil acceder a cualquier terminal desde una red wifi que sea pública. Lo aconsejable es siempre pasarlas a un disco duro. "Todas las fotos dejan un rastro, que es muy fácil de seguir para quien sepa un poquito de informática".

El agente José Antonio Alonso hizo también una demostración sobre lo sencillo que resulta averiguar una contraseña de una red social o de una cuenta de correo electrónico, especialmente si se accede desde un ordenador público. El policía entró en la cuenta de Facebook del delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, que contemplaba atónito cómo el funcionario había logrado acceder a su perfil en menos de 20 segundos. "Siempre que se accede desde un ordenador público, las contraseñas se guardan. Por eso nunca se debe entrar en una red social desde un ordenador de una biblioteca o de otro sitio público. Igualmente, siempre hay que sospechar si estáis en casa de alguien y os invita a entrar en vuestra cuenta de Facebook desde su ordenador. Y cuando alguien nos pida amistad, siempre hay que hacerle una pregunta de seguridad".

La Policía está incidiendo mucho en la lucha contra la ciberdelincuencia y contra los acosadores que hay en la red. Por ello, no sólo está impartiendo charlas, sino que también ha puesto en marcha el proyecto Ciberexperto, en el que se le imparten a los alumnos diez temas. Los estudiantes tienen que hacer un examen de cada una de estas materias. Una vez aprobado el curso, se les premia con un carné de ciberexperto que entrega la Policía, con su nombre y su fotografía.

El ordenador, siempre a la vista y conectado por cable

La Policía recomienda que el ordenador personal que vaya a utilizar un niño esté siempre colocado en un lugar que esté a la vista de los padres, y aconsejan a éstos que no permitan que sus hijos se encierren en su cuarto con un ordenador con conexión a internet. Además, lo ideal es que la conexión sea por cable y no mediante wifi. Con ello se dificulta mucho el acceso de los ciberdelincuentes. Si no hay opción de tener conexión por cable, se debe cambiar la contraseña del wifi porque las que vienen de fábrica en los routers son vulnerables. Siempre es bueno que las que se pongan nuevas tengan al menos ocho caracteres y combinen letras mayúsculas y minúsculas e incluyan también algún número. Si alguien no sabe cómo cambiar su contraseña, lo ideal es llamar al servicio técnico de su compañía, donde le explicarán paso por paso como acceder a su router y colocar la clave nueva. En cuanto al control parental, los policías comentan que es práctica habitual dejarle a los niños la tableta para que se distraigan. "No vale dejarle al niño la tablet para que juegue mientras el padre está viendo el fútbol. El niño en un par de horas sin supervisión puede entrar en miles de páginas sin tener ni idea de cómo hacerlo, y eso supone un verdadero riesgo".

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