El PSOE, Podemos y las sirenas catalanistas
como en botica
El autor critica que la formación morada plantee iniciativas colaboracionistas con Sánchez
Con motivo de las Primarias del PSOE, más de uno y más de dos están intentando meter el cazo en el hirviente caldero del socialismo español, para cobrar alguna pieza de importancia en provecho propio. Lo curioso es que todos juegan a favor de Pedro Sánchez. Evidente: las piezas a cobrar son el propio PSOE, por un lado, y el incremento del enredo político nacional, por otro. "A río revuelto, ganancia de pescadores".
Así, Podemos y sus voceros mediáticos están desarrollando distintas iniciativas colaboracionistas con las tesis y eslóganes de Sánchez: moción de censura contra Rajoy, convocatoria popular contra el PP el mismo día de la votación de las primarias, etcétera. Es lógico: "Apoyemos los argumentos anti-PP de Sánchez", habrán pensado los estrategas y gurús de Podemos, entre los que están los mismos Anguita y Monereo que ya diseñaron la estrategia del sorpasso a finales de los ochenta del siglo pasado. La historia se repite, porque el estalinismo sigue estando en sus almas: siempre han querido cargarse al socialismo. Nada nuevo bajo el sol.
Lo más aparentemente novedoso es que, desde Cataluña, y desde posiciones que podríamos considerar "centradas" y moderadas en los ámbitos social y mediático, se hayan lanzado cálidos cantos de sirena en dirección a Pedro Sánchez, ese pobre mártir del aparato socialista y posible impulsor de un "pacto con los catalanes", que podría ayudar a superar el hondo barranco que separa a Cataluña de los otros pueblos de España. En diversos medios, y por sesudos y respetados analistas, en efecto, se ha saludado, con gozo, la idea ya famosa de "España, nación de naciones". Idea en sí misma inocua, pero que, además e inmediatamente, ha sido modulada a la baja -"Nación de naciones culturales"- por el "marxista" (de Groucho Marx) Sánchez: "Éstos son mis principios, pero si no les gustan los cambio". No sé exactamente a qué poderes reales representan de fondo, pero la secuencia de estos cantos de sirena catalanistas -repasen La Vanguardia y algunos artículos de Joan Tapia de estas últimas semanas- se puede sintetizar así: "¡Qué bien que haya alguien que nos reconozca como Nación! Pero, ya puestos a ello, negociemos un modelo de Estado asimétrico, con más competencias y con más recursos económicos para Cataluña que para los demás territorios de España".
O dicho de otro modo: "¡Qué bueno sería que llegara Pedro Sánchez, que podría ser quien nos ayudara en nuestro afán de supremacía en España!". "¡No hay otra salida: o asimetría ahora, o represión!", parece que quieren transmitir algunos. Esto es: mientras no se les ocurriera pedir más cosas, claro.
Ya lo dijo Virgilio, poniéndolo en boca de Laocoonte: "Temo a los griegos, aunque me traigan regalos". Pues bien, los nacionalistas no tienen hartura, aunque se pongan pactistas.
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