Los Jardines de ¿las Delicias?
Las mejoras realizadas por el Ayuntamiento no han conseguido borrar la huella del vandalismo y el deterioro
No resulta precisamente delicioso pasear por algunas zonas de los Jardines de las Delicias. Litronas rotas dentro de fuentes inutilizadas o pintadas en esculturas de algunas glorietas son parte del paisaje entre las avenidas de la Palmera y de Santiago Montoto, lugar en que se encuentra este parque declarado como Bien de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico desde 2004.
Desde su construcción a principios del siglo XIX ha sufrido muchas y notables modificaciones. Entre ellas, la pérdida de bustos en glorietas como la de Haití por culpa del vandalismo de los años ochenta y noventa, que obligaron a exponer copias en una restauración en 2007. Recientemente, el Ayuntamiento ha realizado tareas de limpieza, conservación y pintura. A pesar de ello, el vandalismo y el deterioro se pueden observar en papeleras que rebosan, desconchones en fachadas o importantes desperfectos en la cartelería del Itinerario Botánico del Parque de María Luisa, al que pertenecen estos jardines.
Otro aspecto que destaca a simple vista es la distribución y orientación de los dispositivos de riego automático, que no cubren algunas áreas verdes pero inundan y ahogan otras. La frontera entre el concepto de jardín y el de selva se difumina en ciertas zonas por la ausencia de podas y control de la vegetación más agresiva, que va comiendo terreno a plantas más débiles y floridas.
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