Fallece José María Salmerón, publicista, cineasta y cofrade de La Lanzada
OBITUARIO
En la madrugada de ayer martes falleció en Sevilla a los 91 años de edad José María Salmerón Durán (Sevilla, 29-11-1925). Figura emprendedora del tardofranquismo y la transición, destacó por su labor empresarial en la publicidad y el cine y murió como hermano mayor honorario de La Sagrada Lanzada, cofradía que le otorgó la medalla de oro que creó en su honor.
Sevillano de otra época que, para bien y para mal, se va perdiendo, aprovechó el empuje empresarial de su padre, Diego Salmerón Gómiz, catedrático de Bellas Artes, para acentuar su apuesta por el cine. De su padre también adquirió el gusto por el arte, conservando varios cuadros del pintor Eduardo Acosta y bocetos del escultor Antonio Illanes, a quien le encargó más de un trabajo.
Fue gestor del Cine Palacio Central, fundado por su progenitor, el Rialto, el Alkázar y el Trajano, en el que introdujo el cine de arte y ensayo en los primeros años sesenta, cuando la censura aún tenía afiladas las tijeras. Amigo de la infancia de Carmen Sevilla, se codeó con la farándula de la época y produjo una película, La que arman las mujeres (Fernando Merino, 1969), con un amplio elenco de actores: Manolo Gómez Bur, Juanjo Menéndez, Ana María Vidal, Margot Cottens, Rafaela Aparicio, Florinda Chico, Emilio Segura…
Como publicista instaló su oficina en la calle Sierpes. Alto Publicidad fue una agencia de referencia durante décadas y desde esa atalaya fundó la Asociación de Publicistas de Andalucía y Extremadura, que presidió. Desde este organismo instó a la Junta de Andalucía a la creación a principios de los años 90 de la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla, ahora de Ciencias de la Comunicación. Y presidió la Asociación de Comerciantes de la calle Sierpes, en la que era conocido como El tío del puro por su pasión por el buen tabaco habano, que no abandonó hasta sus últimas horas de vida.
Miembro del Ateneo de Sevilla, su actividad empresarial en aquella Sevilla de los años 60 y, sobre todo, su ardua labor junto con Bobby Deglané en la Operación Clavel, de tan trágico recuerdo, por la riada del Tamarguillo en 1961 le proporcionaron el honor de encarnar a Baltasar en la Cabalgata de los Reyes Magos de 1964.
Quizá su faceta más conocida en la Sevilla de toda la vida sea la de cofrade inquieto. Fue hermano mayor de La Lanzada en dos épocas, entre 1970 y 1977 y entre 1982 y 1989. Su prurito emprendedor lo llevó a encargar la Virgen de Guía a su buen amigo Antonio Illanes, imagen que fue bendecida en 1971. En 1973 vio cumplido su gran sueño, el de ver bajo palio a la Virgen del Buen Fin de Juan de Astorga. Además de ser promotor del original palio gótico de la cofradía encarnada, auspició en 1981 la fusión de La Lanzada con la de la Divina Enfermera y la Sacramental de San Martín de Tours. Con el palio del Buen Fin quiso ensalzar el estilo de esta iglesia bajomedieval, uno de los escasos ejemplos de gótico puro de la ciudad.
Sevillista del viejo estadio de Nervión, donde vivió la gloria del Sevilla de los años 40 y 50 desde la fila 4 del banco de pista, trazó buenos lazos amistosos con Ramón Sánchez-Pizjuán y también con las figuras de aquel equipo de leyenda: Busto, Campanal II, Arza, Domenech…
José María Salmerón deja tres hijos y cinco nietos. Vivía con su esposa, María José Busatori, en la calle José Gestoso, muy cerquita de su queridísima calle Sierpes. La misa córpore insepulto por su eterno descanso será oficiada hoy, en San Martín, a las 10:00. Posteriormente será enterrado en el panteón que la familia posee en el Cementerio de San Fernando. Requiescat in pace.
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