El cambio de Asunción satisface a vecinos y comercios que se oponían

La calle Asunción libre de coches y ruidos, salvo en sus transversales, se inauguró ayer con la satisfacción general de buena parte de los más de 12.000 vecinos y comerciantes que un año antes firmaron en contra de la obra. "Yo firmé en contra porque al principio no queríamos estas obras tan molestas. Pensaba que sería una locura eliminar los coches de Asunción y que no podría funcionar tan bien como Tetuán, pero tengo que decir que ahora estoy encantada de pasear tranquilamente por aquí con mi hija de siete meses. Lo mejor es la amplitud que hay; es estupendo para venir con niños". El testimonio lo cuenta Ana, una madre de 36 años vecina desde hace cuatro del Pasaje Virgen de Consolación, la única calle de la zona que sigue enfrascada en obras por la tardía petición vecinal de que se incluyera en la reurbanización.

Antonio Balón, de 88 años, toda una personalidad en Los Remedios, pasea con su hijo del brazo mientras elogia la reforma. "La calle está muy agradable para el paseo. Ha ganado mucho", afirma antes de recalcar que su calle preferida artística y sociológicamente sigue siendo Pureza. Su hijo comparte la opinión de su padre sobre Asunción y destaca que las transversales abiertas al tráfico facilitan el acceso a las personas mayores que llegan cargadas. Los niños que viven en la zona valoran sobre todo el espacio libre que tienen para jugar en calle, todo un privilegio.

Entre los comerciantes abundan los que han pasado del rechazo inicial a la satisfacción, pero aún hay varias decenas que siguen oponiéndose o prefieren ser escépticos y se mantienen expectantes sobre el futuro. Entre los optimistas figura la tienda de ropa Marino. "Estoy en contra de cómo se organizó la obra, pero a favor de la peatonalización. La calle ha quedado fantástica en todos los aspectos. Hay gente a todas horas donde antes sólo había coches. En mi opinión el comercio y todos hemos ganado", explica el encargado de Marino. A su juicio, el rechazo frontal a la obra pudo darse por el miedo a los cambios en una calle que no ha tenido obras durante décadas.

En el autoservicio Montiel, un empleado dice que Asunción está "preciosa" y que ha ganado en comodidad para comprar, pero no olvida el daño y el miedo que causó la obra con el agravante de la crisis económica. Adolfo Domínguez y cafetería Asunción se suman a los optimistas.

En las dos farmacias y en la librería, sus encargadas dicen estar "a la expectativa", aseguran que todavía no han notado mayores ingresos en el negocio y prefieren esperar varios meses antes de hacer valoraciones en contra o a favor.

La férrea oposición sigue en algunos comercios. La mesa para recoger firmas en contra promovida por la plataforma No a la peatonalización seguía ayer activa en la tienda de muebles Samo, una de las promotoras de la plataforma contraria. Su encargada explicó ayer a este periódico su oposición rotunda al cambio de Asunción. "Nunca vamos a estar a favor. La calle hubiera quedado muy bien si no fuera peatonal y en mi opinión el negocio no va a mejorar. El problema de la falta de aparcamiento se ha agravado", lamentaba la encargada mientras se quejaba de la escasa carga y descarga que se ha dejado a los comercios (el Ayuntamiento mantiene que hay carga y descarga en 10 metros a ambos lados de las transversales) y de que tengan que desplazarse a las calles transversales para tirar la basura porque aún no están instalados los contenedores soterrados.

La plataforma ha recogido en los últimos meses de obras de Asunción otras 1.000 firmas contrarias (la suma total supera las 13.000) que presentará esta semana ante el registro del Ayuntamiento. Una vez acabada la reforma de la calle, los integrantes de la plataforma tienen que decidir ahora si sigue activa o se extingue. A preguntas de la prensa, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, declaró su respeto a los críticos. "No creo que queden carteles en contra. Respeto a los que critican las obras hasta que las ven, pero la realidad se impone".

El regidor destacó la atracción que tiene ahora la calle para las iniciativas empresariales. En efecto, se han implantado cinco negocios nuevos que abrirán en las próximas semanas, cuando acaben de reformar locales antes cerrados. Son tiendas de comida ecológica, ropa (Cocoa), muebles, una heladería y una cervecería (100 Montaditos). Hay un sexto negocio reciente que ocupó el hueco dejado por Elena Bernal. El local más grande disponible sigue siendo el de la histórica confitería Nova Roma.

Estéticamente, la reforma se ha hecho con buen gusto en el pavimento (rojo y gris), el mobiliario (bancos de madera y metal) y hasta los cubreparterres (de la firma Santa & cole). La inversión económica ha sido de 6,25 millones de euros. Todavía faltan detalles: la fuente solar de Plaza de Cuba e instalar los contenedores .