FIN de la primera vuelta y el Betis tiene hoy en Balaídos la cita para rematar una manga muy bien ejecutada por su tropa. Sólo el hándicap de tantos empates nubla un tanto el ejercicio, que tiene como punto más sobresaliente el de haber cosechado sólo dos derrotas. Bilbao y Barcelona son los escenarios donde el Betis dobló la rodilla, pero eso se oscurece con la tremenda cantidad de empates solo achacables a una alarmante falta de gol.

Y hoy, cuando den las siete y cuarto en todos los relojes de la atardecida viguesa tiene el Real Betis Balompié la oportunidad asentarse con más cimentación en la zona noble de la tabla. Un triunfo en Balaídos como pócima con la que trocar la andadura. Quince son los puntos que distancia a ambos contendientes, lo que en puridad debería conferirle papel de favorito a los de Pellegrini, pero la necesidad pretenderá convertirla en virtud la muchachada de Rafa Benítez.

Al prestigioso entrenador madrileño le juega a favor de su continuidad el contrato que le liga al Celta. Un cese sería dejar la tesorería tan en precario que ahí anda el bueno de Rafa a pesar de la irrisoria cuenta de puntos que atesora mediante dos derrotas y siete empates. En puesto de descenso el equipo olívico, la cita de esta tarde con el Betis le llega como clavo candente al que agarrarse en esa complicada faena que siempre es escapar de la zona donde más queman las papas.

Y a Balaídos llega un Betis plagado de ausencias, lo que obliga al gran chamán a devanarse la sesera a fin de componer la alineación más fiable. Sobre todo atrás las complicaciones son evidentes, las rotaciones están prohibidas y las oraciones por la buena salud de Pezzella están a la orden del día. Pero lo que son las cosas, los buenos números béticos se han debido mayormente a una solvencia defensiva que ha logrado paliar la ineficacia en ataque. Vivir para ver, esto es fútbol.