Gafas de cerca
Tacho Rufino
Nuestro maravilloso Elon
He dejado de sentirme. A partir de ahora no me siento nada, es una pataleta ética, soy ciudadano de un Estado llamado España, pero no me siento español ni andaluz ni gaditano ni europeo, me reconozco en estas cuatro identidades, claro que sí, se me nota, pero procuro no dejarme confundir por ellas, las tengo muy controladas. Forman parte de lo más hondo de mi genética de especie, pero como tantos otros condicionantes hormonales, he embridado los instintos salvajes. Lo que viene sucediendo en Cataluña en estos días es, de un lado, un fiebrón de nacionalismo como el que hemos padecido en otros lugares de Europa, también en España, en los dos últimos siglos, y de otro, el desafío de los independentistas contra un Estado de Derecho al que han puesto en cuestión.
También hay muchos equivocados en el bloque constitucional, de lo que aquí se trata no es de imponer la identidad española sobre la catalana ni de ir "a por ellos" ni de obligarles a que hablen en español, no es un trágala. Las fuerzas de seguridad van a restablecer el orden constitucional, no a restregar la bandera del torito. El nacionalismo español sólo sirve para alimentar las razones de los periféricos, y entre tanta y tanta borrachera de identidades, me gustaría encontrar un estado vital desnudo de banderas y de himnos.
El PP ha producido un vídeo con declaraciones hispanófobas de algunos dirigentes catalanes. Se equivoca, también fue el PP el que agitó la bandera de la catalanofobia con motivo de la aprobación del Estatuto de Cataluña. Organizó una recogida de firmas por toda España, hinchó el globo, alimentó con carne fresca a la caverna, fue al Constitucional a pesar de que ya se había aprobado en un referéndum y apeló a las entrañas con tal de acabar con José Luis Rodríguez Zapatero, a quien Dios guarde y conserve durante muchos años ocupado en los asuntos venezolanos.
No me emociona ninguna bandera, sí algunos recuerdos relacionados con algunas de ellas, pero también al contrario: hay colores que quedaron tocados para siempre en lo más profundo de la memoria. También embrido esos malos sentimientos. Realmente, lo que a mí me emociona es la caja única de la seguridad social, que el sapiens haya sido capaz de crear el Derecho como modelo de convivencia y que haya dejado para el ámbito privado los mitos y las religiones. Bueno, algunos sapiens, otros se empeñan en legislar con una lectura estricta de los textos sagrados y con interpretaciones historicistas.
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