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DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

En el Betis se acabaron los revisionismos

De no haberse hecho el pacto quizá hoy mismo hubiese vuelto el club a las manos anteriores

Bien está lo que bien acaba, el Betis ya es de los béticos y el proceso se cierra de forma incruenta, sin necesidad de que alguien vaya a la cárcel. Porque liberado de cargas ominosas el Real Betis Balompié, ¿de qué hubiera servido ver en la cárcel a más gente de la que ya hay? Y visto lo visto, sin duda alguna que el pacto tan puesto en cuarentena ha sido una jugada maestra para la expulsión de mercaderes del templo verde, blanco y verde.

Hay quien lamenta este final de un proceso que pudo darle la puntilla al Betis. Gente que no digiere que Lopera se haya ido de rositas y con algún dinero en su bolsa. Era una jugada que sólo podía realizarse mediante taparse la nariz y menos mal que la llevaron a cabo, ya que da pavor pensar en que sin ese jaque quizá hoy mismo hubieran tenido que devolverle el Betis a su antiguo dueño. Claro que ¿quién puede afirmar que sin el ominoso pacto, la sentencia hubiese sido igual?

Lo cierto es que ha llegado la hora de mirar hacia delante y dejarse de revisiones que ya no vienen al caso. La verdad es que las revisiones nunca venían al caso, pero eran chinas en el zapato cuando no palos en los radios de las ruedas. Seguramente, los habituales seguirán malmetiendo sin importarles un bledo el Real Betis Balompié. ¿Será por malmeter cuando ése ha sido el motor único en la vida de ciertos orates? O sea, que mírese hacia el futuro y olvídese el pasado.

De ahora en adelante y aunque seguirán los ladridos de gente que no admite a un Betis como el de ahora, sólo cabe que los béticos de bien remen en la misma dirección para que su vida sea la deseable. Lo primero es afrontar mañana con el cuchillo en la boca la cita con el Espanyol en Heliópolis y dejarnos de tanta hipótesis y tantísima elucubración como se abrieron tras conocer esta sentencia. Ganar al Espanyol y cada uno en su casa y Dios en la de todos. The end.

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