UDEF y UCO en el punto de mira

No son lo que eran. Las múltiples filtraciones están minando el prestigio de la UCO y la UDEF, las unidades de la Guardia Civil y la Policía Nacional que investigan los delitos de corrupción y, en el caso de UDEF, los monetarios y fiscales.

Nunca sus informes han sido cuestionados, cada vez que señalaban a un personaje público automáticamente se le consideraba sospechoso. Cuando Susanna Griso preguntó a Jordi Pujol por el informe de la UDEF que afirmaba que había realizado operaciones sospechosas, el ex presidente de la Generalitat respondió con un airado: "¿Qué coño es eso de la UDEF?", tratando de descalificar a la Guardia Civil, y nadie dudó que la periodista sabía perfectamente por qué preguntaba: había material sobre el que investigar. Hoy, la guerra entre fiscales y el afán de protagonismo de algunos miembros de esas dos unidades han puesto en entredicho su trabajo.

El ex ministro Manuel Pimentel y el empresario y marido de Cospedal, Ignacio López del Hierro, han anunciado su intención de presentar querellas por difamación e injurias por un informe de la UCO que les señala como socios de Jordi Pujol Ferrusola en una de sus múltiples operaciones supuestamente delictivas.

La lucha política no puede jugarse en el terreno de las investigaciones contra la corrupción y, sin embargo, es lo que hoy ocurre. Con algunos guardias civiles y policías -no todos, afortunadamente- que tienen la osadía de filtrar informes secretos, aún más osadía al calificar a personas investigadas cuyas acciones sólo pueden calificar los jueces… y la osadía de anteponer intereses partidistas a su función profesional.

Esta España convulsionada por tantos avatares políticos y no políticos, con serios problemas de estabilidad institucional y grandes incógnitas abiertas sobre el futuro, no puede permitirse que se mire con desconfianza a importantes unidades que garantizan el cumplimiento de las leyes.