Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Fragmentos
En la pasada Feria del Turismo, nuestras autoridades locales han propuesto la cultura como factor de desarrollo del turismo en Sevilla. Parece que hay un acuerdo tácito para que Málaga sea ciudad de museos y Sevilla, ciudad de actividades. Festivales, exposiciones importantes, etc. Que más desearíamos que nuestra ciudad, más allá del patrimonio monumental y algunos acontecimientos puntuales, fuera un referente europeo y mundial en cultura. Pero creo que estamos aún lejos de destinos como Salzburgo, Avignon o Edimburgo, cuyos festivales de música, danza y teatro llenan de un año para otro la ciudad de visitantes. Eso por mencionar unos pocos ejemplos.
Ser una ciudad referente en cultura y, por consecuencia, en turismo cultural no se puede improvisar. Bien es verdad que lo primero es desearlo. Un turismo cultural tiene que estar basado en el desarrollo pleno de una actividad cultural en la ciudad. Para que no sea solamente un ayudar a hacer caja al sector turístico, sino un apoyo inequívoco a los profesionales sevillanos de la cultura. Y hay que establecer relaciones estables entre los sectores turístico y cultural de la ciudad. Eso es vital. Como ejemplo, en Buenos Aires acaban de firmar acuerdos de amplio alcance, de mutuo apoyo en bonificaciones y difusión, entre restaurantes y teatros. Gastronomía y artes escénicas tienen más en común de lo que parece. Y en este campo las acciones aisladas son útiles, pero el talento se gestiona mejor con coordinación.
Hay que dotar de medios a los espacios existentes (teatros, museos, salas de exposiciones, etc...) y darle estabilidad en el tiempo a esos apoyos. Estabilidad, palabra mágica para cualquier política de desarrollo. Y programación anticipada, no con meses, sino con años por delante para la mejor preparación y difusión. Y es imprescindible la colaboración de los medios de comunicación apoyando la difusión de la actividad cultural de Sevilla, sin olvidar la generada en la propia ciudad.
También hay que conseguir que Sevilla sea una ciudad de referencia en lo que respecta a los estudios artísticos, convirtiendo la cultura en una estrategia educativa y la educación en un foco de creación cultural. Las Universidades deben ser más activas en la vida cultural de la ciudad, atendiendo las necesidades de formación del más alto nivel en este ámbito y por medio de acuerdos con los equipamientos culturales provocar la máxima relación entre el estudiante y la vida cultural. A la vez, el sector cultural debe producir actividades y recursos con intencionalidad educativa.
Con estas medidas, entre otras, podemos iniciar un trabajo a medio plazo, que desarrolle nuestras potencialidades culturales, y una mejora cualitativa de las visitas turísticas. Cuestión imprescindible para poder establecer estrategias de equilibrio entre conservación patrimonial y turismo. Y todo ello, para disfrute de los sevillanos y visitantes.
Con ello conseguiremos, además, aumentar el número de personas ocupadas en el sector de la cultura y multiplicar el porcentaje cultural en el producto interior bruto local, para beneficio de todos.
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