En la Gran Manzana

Flamenco

José Manuel Gamboa publica la primera entrega de su investigación sobre el flamenco en Nueva York.

La Argentina estrenó su 'Danza de los ojos verdes' en Nueva York.
La Argentina estrenó su 'Danza de los ojos verdes' en Nueva York.
Juan Vergillos

21 de noviembre 2016 - 12:38

'¡En Er mundo!'. José Manuel Gamboa. Sevilla, Athenaica, 407 páginas.

Éste es el primero de varios volúmenes que su autor dedica a la relación del flamenco con Nueva York. Esta obra,concretamente, abarca desde los comienzos del siglo XIX hasta los años 30 del XX. Ofrece muchas noticias inéditas y otras que conocíamos por publicaciones dispersas o por el catálogo de la exposición 100 Years of Flamenco in New York City (2013). Todas ellas se presentan aquí ordenadas cronológicamente y contextualizadas. Así, Gamboa piensa que los primeros fandangos y seguidillas que suenan en Nueva York, aunque no en Estados Unidos, son los que tocó el guitarrista Trinidad Huertas en 1824. Otros músicos flamencos de la época en Nueva York son el guitarrista Francisco Tostado y el pianista José Miró, además del cantante sevillano Manuel García, amigo y protector de Huertas. También el pianista autóctono Louis Moreau Gottschalk incorporará malagueñas, boleros y la caña a su repertorio. La danza española en la escena neoyorquina la inaugura la austriaca Fanny Elssler con sus cachuchas y jaleos en 1840; a la que seguirá, una década más tarde, Lola Montes. Pepita Soto es la primera bailaora nacida en España que triunfa en Estados Unidos, entre 1855 y 1858.

La primera bailaora de fuste que conquista la Gran Manzana es Trinidad Huertas La Cuenca, que hace las delicias de los norteamericanos con sus zapateados y torerías en 1888. Un año después desembarca en la ciudad Carmencita, quien, como sabemos, no sólo arrasará con sus danzas en todo el país, sino que es además la primera mujer en la historia, en un corto de la factoría Edison fechado en 1894, en aparecer en imágenes en movimiento. Un documento fundamental para la historia del cine y la historia del flamenco.

Carmencita fue un ídolo de masas, como demuestra su Carmencita Ball de 1891 en el Madison Square Garden ante 11.000 personas, y es el origen de una fiebre por las bailarinas españolas que recorrerá el país norteamericano a finales del XIX. A Carmencita le siguen Carolina Otero, su principal rival, La Rey, Natalia Jiménez, Consuelo la Tortajada, Soledad Harse, Matilde, La Bella Guerrero, Carola Malvina, Aurelia la Sevillanita, la Bella Romero, Rosalita, Paz Calzado, Pilar la Arenera, Isabel Rodríguez, Carmelita Ferrer. En 1892 El Rojo el Alpargatero desembarca en Nueva York para cantar con su cuñada Carmencita. Es, que sepamos hasta el momento, el primer cantaor importante en actuar en Estados Unidos. En 1894 TheNew York Times incluye por vez primera la palabra "flamenco" en una de sus crónicas, aunque el término no se va a imponer hasta 1920. En realidad, en España la denominación aún convivía con la de cantos y danzas españolas, nacionales, andaluzas, etcétera. El primer guitarrista jondo netamente americano es Zachary, abuelo de Bud Powell, que aprendió los secretos de lo jondo durante la guerra de Cuba.

Las películas con bailes españoles se suceden: Spanish dancers at Pan-american Exposition (1901), México and Spain (1907), The Dove of Peace (1912) y Carmen burlesque (1915) de Chaplin. Faíco debuta en Nueva York en 1908 y La Antequerana en 1913. En 1909 Lola la Flamenca, de la compañía de Faíco, hace unas grabaciones flamencas en cilindros de cera. La familia sevillana Los Cansinos debuta en 1913. Eduardo Cansino será el padre de Rita Hayworth (nacida en 1918), con la que formará pareja de baile antes de que esta se convierta en una estrella de cine y juntos protagonizarán unas sevillanas en La fiesta (1926), una de las primeras películas sonoras de la historia. Ese mismo año debuta en Nueva York la zambra de los Amaya. La pareja Douglas-Crane son los primeros artistas de baile español autóctonos que conocemos. Les seguirán Marie & Bernie, Florence Blair, Lisa Stillman, Vera Bloodgood, Alexandar Emery, Allen G. Wellman, Samuel Barlow y un largo etcétera. En esta época los artistas españoles tienden a americanizar sus nombre en tanto que los autóctonos conservan los suyos originales.

En 1914 se publica The Dance de Troy y Margaret West Kinney con referencias al flamenco, la bulería y el maestro Otero y en 1918 The music of Spain de Carl Van Vechten. En 1924 Aurora Arriaza publicará un tratado sobre las castañuelas en inglés.

La Argentina desembarca en la ciudad de los rascacielos en 1916 con un éxito arrollador y la seguirá, el año siguiente, Antonio el de Bilbao. Ambos actuaron en la Casa Blanca.

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