Joaquín Sabina, el predilecto de Andalucía

Jienense de nacimiento, gaditano de veraneo y granadino en sus años de estudiante, el artista es nombrado hoy Hijo Predilecto en Sevilla

Marina Bernal

28 de febrero 2016 - 01:00

Joaquín Sabina repite entre los grandes andaluces. Ya tiene la Medalla de Andalucía, concedida en 1988. Joaquín Ramón Martínez Sabina recogía entonces la Medalla de Plata, junto a Paco de Lucía y la pintora Carmen Laffón. Hoy será nombrado Hijo Predilecto, un reconocimiento a Jaén (nació en Úbeda), Huelva (la tierra de su madre), Granada (estudió allí Filología Románica) y Cádiz (disfruta en Rota de muchos veranos). Un andaluz que vive en Madrid y se siente feliz "cuando me llevan al sur, donde nací".

Acaba de cumplir 67 años -el 12 de febrero- y se restablece de una operación de estómago. El año pasado hizo gira, 500 noches para una crisis, con sus músicos de siempre, entre ellos Pancho Varona y la voz de la onubense Mara Barros.

Escribe poemas desde los 14 años. Su padre, comisario, era muy aficionado a la poesía y a los sonetos. Dibujar y escribir siempre fueron sus aficiones. Entre concierto y concierto procura resguardar la voz y, para pasar el tiempo, dibuja en una libreta. Con su ironía habitual, reconoce: "no sé dibujar ni cantar, porque no tengo voz, soy un estafador profesional"

Su etapa de estudiante transcurre en Granada donde también comienza a conocer las noches, más de 500. Aquella vida nocturna y juvenil servirían para acumular temática para canciones. Y en Granada vivió también uno de los peores momentos de su vida, cuando un gran amigo maestro y poeta, Pablo de Águila, se suicidó en Nochebuena: "Yo tenía 17 años y eso no se me ha ido nunca de la cabeza, nunca supimos el por qué, era el más guapo, el más listo y el más simpático".

Luego se marcha a Londres, donde compagina trabajos eventuales con actuaciones en bares. Y en 1977 regresa a España. El Servicio Militar lo lleva a Palma de Mallorca, donde colabora en un periódico, y después, se instala en Madrid.

Allí vive ahora junto a su pareja desde hace 16 años, Jimena Coronado. Ella es fotógrafo y la conoció en Perú, cuando fue a hacerle un reportaje enviada por el periódico El comercio. A Jimena está dedicada la canción Rosa de Lima.

Joaquín tiene 6 gatos y en el salón de su casa un traje de luces de José Tomás. Es padre de dos hijas, ambas de su matrimonio con Isabel Oliart. Una de ellas, Carmela, se dedicada al cine y es directora de producción cinematográfica y la pequeña , Rocío, es poetisa y profesora de yoga.

Acaba de sacar un libro de dibujos para coleccionistas Garagatos. El precio ha llamado a la atención, 2.100 euros el ejemplar. Editado por Artika es un libro de arte que cuenta con la colaboración del director artístico del Museo Thyssen, Guillermo Solana.

Joaquín asegura que va a ponerse con un disco nuevo "en cuanto esté bien" . También tiene pendiente escribir sus memorias; lo ha intentado varias veces, pero finalmente desiste, porque "me tomo la prosa tan serio como si fuera un verso y sale algo barroco y pedante, pero tendría que ponerme a ello".

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