"La formación en el empleo necesita un marco más estable"
Valeriano Gómez Sánchez. Abogado y ex ministro de Trabajo
El diagnóstico hecho en el informe que hoy presenta en Sevilla apunta a la necesidad de contar con más recursos para formar a los ocupados
Sevilla/Ministro de Trabajo e Inmigración en el último año de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el jiennense Valeriano Gómez (Arroyo del Ojanco, 1957), presenta hoy en Sevilla el reciente informe La Formación para el Empleo en España 2018, que ha elaborado en colaboración con las organizaciones profesionales del sector de las empresas prestadoras de servicios de formación para el empleo: AEGEF, ANCED y CECAP.
-¿El diagnóstico que hace de la formación para el empleo en su informe es menos negativo de lo que cabría esperar pero sí señala ámbitos de mejora, no?
-En efecto. La parte positiva del diagnóstico es que España cuenta con un sistema de formación para el empleo que está integrado dentro del general de Formación Profesional (FP). Y la FP está mejorando mucho, porque ha logrado deshacerse de esa impresión, muy extendida socialmente, de que era una segunda oportunidad para quienes fracasan en sus estudios reglados. Es el tercer año en el que la FP tiene más alumnos que el Bachillerato, pese a que es un sistema caro, dado que necesita más inversión en equipamiento o maquinaria por la importancia que tiene la práctica. Y en todo ese esquema la formación para el empleo cumple el papel de mantener un sistema permanente de formación incluso para quienes ya están ocupados. Esta parte del modelo es la que necesita ser actualizada, en nuestra opinión. Y la forma de hacerlo es estableciendo un sistema de prestación de ese servicio más estable. Antes, los sindicatos y las patronales también lo gestionaban, y gracias a un cambio de modelo consensuado, ya no participan en la gestión.
-¿Sólo porque ha habido problemas con esa gestión?
-Fundamentalmente porque introducía un funcionamiento adverso. En el sentido de que no existía ningún tipo de concurrencia. Y al final, el modelo servía de forma de financiación, no irregular sino perfectamente reglada, de los agentes sociales. Es mejor que esa financiación venga de sistemas establecidos por las administraciones y que reconozcan su papel institucional. Lo que hace falta ahora es que la gestión sea mucho más eficiente, porque no lo es ahora. Las convocatorias son muy estables, sin periodos razonables ni garantía de que habrá todos los años un presupuesto para ello. Hay mucha incertidumbre.
-Con una tasa de paro en Andalucía en el entorno del 25% y con una demanda recurrente de que faltan perfiles adecuadamente formados para contratar personal, ¿hay que cambiar el contrato de formación, puede ayudar la formación para el empleo?
-Ese contrato tenía como vocación alternar formación y trabajo. Lo que más se parece a eso es precisamente la FP Dual. Pero lo que ha sucedido es que se pervertido esa intención original y se ha usado para abaratar el coste laboral. Pero ése no es su objetivo.
-Tras cinco años de implantación del modelo dual en España, lo menos arraigado es darlo en la propia empresa, que es lo que triunfa en países como Alemania. ¿Es el camino a seguir?
-Sin duda. Es el camino seguir con dos o tres singularidades del caso español. Primero porque no tenemos un gran tejido de medianas empresas complementarias a las grandes, que son las receptoras de este tipo de modelos. En segundo lugar, que el tamaño de nuestro sector industrial, según las zonas, también está lejos del alemán. El modelo dual es caro en el corto plazo pero que genera beneficios en el medio y largo plazo. Pero sobre todo no es posible financiarlo con los fondos que hoy tenemos para la formación en el empleo. La cotización por FP es ahora del 0,7% y la mitad de él se destina para los desempleados. Nos queda un 0,35%. Eso son 1.100 millones de euros. En Alemania es cinco veces más en masa salarial, que proporcionalmente es ocho o nueve veces más. Hay que dedicarle mucho más esfuerzo. En esos países, los centros públicos se usan para dar formación dual en horario en que no hay formación reglada. Eso sería muy importante para comunidades como Andalucía. Esa idea de centros integrados es muy adecuada.
-¿Ante retos como la digitalización y la robotización, qué papel puede jugar la formación en el empleo?
-Pues un papel fundamental. Porque este tipo de conocimiento no exige sólo una base formativa, sino que se está produciendo en el ámbito de las empresas para el personal con el que ya cuenta. En mi opinión exige un grado de especialización cada vez importante. Similar al que en el pasado hubo en la industria y que dio lugar a los primeros centros de formación, las escuelas de aprendizaje. Por eso creo que es muy importante que quede claro que si queremos tener un sistema de formación eficiente es necesario emplear más recursos y no menos. La eficiencia no es sólo emplear pocos recursos.
-¿Y no hay una negativa dispersión territorial de los recursos?
-Nuestro diseño de las políticas activas está en el ámbito de las comunidades autónomas. Esto no debería ser un problema, porque la regulación es única. Y es bueno que la gestión se amolde a cada territorio. En Alemania, aunque supervisada por las cámaras de comercio, se desarrolla en el ámbito de loslander.
También te puede interesar