Un idioma que resuelve el babel

Rafael Mateos González vuelve a poner en marcha un curso de esperanto en la Biblioteca Infanta Elena para continuar con su propósito de revitalizar el movimiento lingüístico y cultural

El profesor Rafael Mateos (segundo por la izquierda), junto a los alumnos Jerónimo Sanz, Luis Genaro Toral, Francisco Rodríguez y Juan Antonio Grau.
El profesor Rafael Mateos (segundo por la izquierda), junto a los alumnos Jerónimo Sanz, Luis Genaro Toral, Francisco Rodríguez y Juan Antonio Grau.
Dulce Rivero

23 de septiembre 2014 - 01:00

El esperanto no es propiedad de nadie, al contrario, es de todo el mundo. Esta conclusión se extrae de las reflexiones que Jerónimo Sanz, un aprendiz de 75 años, hace sobre la lengua planificada que creó el oftálmogo polaco Lázaro Zamenhof a finales del siglo XIX con la pretensión de que fuese el idioma auxiliar internacional, confiado en que si todos los seres humanos comparten el lenguaje les será más fácil entenderse. El profesor de idiomas Rafael Mateos González lleva años seducido por el esperanto y los valores que representa y dedicándose a enseñarlo de manera gratuita por varios países. El 6 de octubre comienza un curso en la Biblioteca Pública Provincial Infanta Elena.

De las lenguas planificadas que han surgido a lo largo de la historia, es el esperanto la de más éxito. Se estima que en el mundo pueden hablarla dos millones de personas, un número que va en aumento gracias al interés que despierta en quien conoce su existencia -se trata de un idioma fácil de aprender y con un trasfondo filosófico atractivo- y a las facilidades que pone a disposición del interesado internet. Como ejemplo, el caso de la red internacional Lernu!, en la que se puede interactuar en los foros con esperantistas de todo el mundo y encontrar material teórico y práctico con el que aprenderlo y mejorarlo de forma autodidacta y gratuita. Hace dos años en la Biblioteca Infanta Elena, Rafael Mateos González emprendió su particular cruzada para enseñar esta lengua, aprovechándose de la nueva coyuntura favorable, y revitalizar este movimiento lingüístico y cultural en la ciudad, cuya trayectoria venía representada por la Asociación Sevillana de Esperanto. "Hay documentos que registran los cursos de esperanto que se impartieron a policías municipales a principios del siglo XX y de la escuela que hubo en la calle Sol; debe haber unas mil personas que conozcan esta lengua en Sevilla", cita como curiosidades.

"Hay quien ha aprendido esperanto sin ser bueno para los idiomas. Eso demuestra que funciona", introduce Mateos. El responsable del curso resalta que con su método directo se aprende igual que la lengua materna. Curiosamente, los programas de enseñanza reglada de los idiomas extranjeros están basados en un itinerario contrario al aprendizaje natural del lenguaje. Un niño escucha, habla, lee y escribe, justo al revés de lo que se hace en colegios o academias para aprender, por ejemplo, inglés. El esperanto, del que dicen que el vocabulario es latino y la gramática eslava, es, según Mateos, un idioma sencillo y lógico, que se aprende en sus clases "sin bolígrafo y libreta, tal como lo hacen los bebés, escuchando hablar e interactuando desde el primer día". El taller es gratuito y se impartirá los lunes y miércoles desde el día 6 de octubre al 22 de diciembre, en turno de mañana, de 10:00 a 11:30, y de tarde, de 16:00 a 17:00. Tiempo en el que, bien aprovechado, aclara el docente, la persona puede alcanzar el nivel A2 de este idioma, que ya se enseña en escuelas de China, Hungría y Bulgaria.

Fuera del aula, Mateos ha conseguido que gracias a estos cursos se configure un grupo más o menos estable de personas que mantienen el contacto y continúan el aprendizaje del esperanto, que, "como el de cualquier otra lengua, nunca termina". Jerónimo Sanz es uno de ellos. Después de una vida dedicada a la enseñanza de idiomas, empezó a aprender esperanto con Rafael Mateos en estos cursos de la biblioteca. Tras su experiencia profundizando en este lenguaje, se atreve a resumir su esencia: "Kunligitaj per komuna linguo, ni faru pli bonan mondon" ("unidos por un idioma común, hagamos un mundo mejor"). Esta misma idea, creer en que todos los ciudadanos del globo puedan llegar a comunicarse en una misma lengua, sedujo a Luis Genaro Toral. Sin embargo, el esperanto, según señala el también aprendiz Francisco Rodríguez, nunca ha contado con el suficiente apoyo para implantarse, a causa de los intereses políticos y económicos de quienes gobiernan el mundo.

"A lo largo de la historia, el que se ha adquirido como segundo idioma ha sido el de la potencia del momento", señala Toral. Un paradigma que legitima la desigualdad de fuerzas incluso en las relaciones interpersonales: "No es sólo que el mundo anglosajón mande, es que, a la hora de comunicarte con ellos, el inglés es su lengua materna, siempre estás en desventaja", añade. Los defensores del esperanto alegan que se trata de la lengua planificada que procuraría la armonía y la igualdad en las relaciones humanas, pues "todos partimos del mismo punto". Así lo cree José Antonio Grau, un alumno aventajado que ya da clases de esperanto. Todos confían no sólo en la utilidad del idioma, sino en el valor del movimiento cultural que supone. De que será la lengua internacional algún día no tienen ninguna duda. Mientras tanto, hablan de las bondades de pertenecer a esta comunidad, como la red de alojamiento Pastporta Servo, en la que esperantistas de todo el mundo alojan de forma gratuita a extranjeros con la única condición de comunicarse en esperanto.

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