Cuatro becas para una formación igualitaria

A sus 27 años, Juan Manuel Morales acaba de empezar su trayectoria universitaria. Después de recuperarse de un accidente de tráfico en el que perdió la pierna derecha y la movilidad del brazo derecho, decidió "involucrarse en la sociedad con nuevas metas"; una de ellas, completar su formación de técnico en Oleoductos con un grado en Química. Ayer, en el Rectorado de la Universidad de Sevilla, recibió, junto a otros tres estudiantes, una subvención económica de la mano de Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, Ignacio Valero, director general de Endesa Ingeniería, y el rector de la Hispalense, Antonio Ramírez de Arellano.

La Universidad de Sevilla se mantiene firme en su compromiso de ofrecer a sus alumnos un sistema de formación basado en la igualdad de oportunidades para incrementar las posibilidades de inserción laboral de estos jóvenes con necesidades especiales. Así lo anunció durante el acto de entrega de las becas Ana López, directora de los Servicios Sociales y Comunitarios, mientras explicó a los presentes los avances de la Universidad de Sevilla en materia de discapacidad e integración. La Hispalense, según apuntó López, junto a la Universidad de Valencia, son las únicas nacionales que prestan un servicio de atención integral a este colectivo. Esto significa que se asesora al alumno en todo el proceso desde el acceso, a los estudios y la inserción laboral. La universidad está atendiendo con su programa de discapacidad durante el presente curso académico a 615 alumnos con necesidades especiales.

La Fundación Adecco y Endesa Ingeniería, a través de su convenio de colaboración con la Hispalense, han concedido en esta ocasión la cantidad de mil euros a cuatro estudiantes de la Facultad de Química y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería. Entre ellos, Andrés Escudero, que se encuentra en el cuarto curso de la licenciatura en Ingeniería Industrial. Este rinconero, que ostenta el subcampeonato de España en la prueba de 800 metros planos T20, utilizará su beca para costear los gastos médicos que le origina su síndrome de Asperger y, así, seguir combinando su formación con su faceta de atleta paraolímpico.

Ernesto Muñoz, que tiene la misma discapacidad, está en tercero del Grado en Química, carrera que cursa en inglés. Entre sus planes para aprovechar la beca, está aprender un nuevo idioma, el alemán.

Este grado lo estudia también Esteban Matador, quien hizo de portavoz de los estudiantes becados y agradeció en nombre de todos ellos a las instituciones la subvención. Este nazareno, que cursa su segundo año, comentó que guardará el dinero para el futuro, ya que aún no tiene claro si el máster que quiere realizar en Estudios Avanzados en Química Orgánica lo hará fuera de la ciudad.