"Todos los estamentos de la Fiesta deben estar unidos"

Perteneciente a una de las estirpes ganaderas más reconocidas, ha sido nombrado recientemente presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia

Carlos Núñez afirma que la crísis es uno de los temas más preocupantes para los ganaderos de bravo.
Carlos Núñez afirma que la crísis es uno de los temas más preocupantes para los ganaderos de bravo.
Luis Nieto

22 de abril 2010 - 01:00

El ganadero Carlos Núñez ha estado ligado desde que nació al mundo del toro. Sus antepasados fueron creadores del encaste núñez, uno de los más importantes en la historia de la tauromaquia y predilecto para muchísimos toreros, debido, entre otras cosas, a que los toros tienen un mayor tranco, un mayor recorrido que otros en cada embestida, lo que permite lances y muletazos más largos. El ganadero gaditano ha sido nombrado presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia y confirmado, con ese cargo, como responsable de la Mesa del Toro.

-¿Cuáles son las directrices de la nueva Junta de la Unión de Criadores de Toros de Lidia?

-La nueva directiva, renovada en parte, tiene un espíritu de acercamiento al ganadero, con responsabilidad y cohesión. Entre los puntos fundamentales que nos preocupan se encuentran la crisis económica y el tema político de Cataluña. Y, principalmente, en estos momentos es muy importante que todos los estamentos de la Fiesta deben estar unidos. Desde la Unión nos volcaremos en la Mesa del Toro, que agrupa a todos los estamentos.

-¿Cuál es la situación actual de la cabaña brava española?

-En cuanto a las exigencias de trapío ha ido subiendo progresivamente en la mayor parte de las plazas de España. Ese toro de pitones muy bien puestos y astifino es un porcentaje muy bajo de los toros que producimos. Y en casta y bravura no se cambia tan fácilmente. Yo veo el toro de los últimos quince años con regularidad en el sentido de que hay menos caídas y mayor movilidad. También el hándicap del toro moderno es cada vez más alto, ya que cada año se le pide más entrega.

-¿Cómo es la relación con las otras tres asociaciones ganaderas?

-En los últimos años habían mejorado mucho las relaciones de las asociaciones ganaderas. Todos debemos estar unidos en temas comunes.

-¿De qué manera está afectando a los ganaderos ¡a crísis?

-Debe servir para que los ganaderos seamos más escrupulosos en la selección del toro bravo y a analizar la viabilidad de nuestras explotaciones.

-¿Es rentable ser ganadero de lidia en nuestros días?

-En términos generales nunca lo ha sido. Hay veces que una ganadería en concreto tiene una buena racha y medio puede cuadrar la cuenta de resultados. Lo normal es que si haces bien las cuentas no salgan de ninguna forma. En otros momentos de la historia, con otros costes, podía ser rentable, como sucedió a Villamarta. Hoy en día hay que ser profesional y muy buen gestor para mantener una ganadería.

-¿Hay exceso de ganaderías y de reses?

-En los momentos de crisis puede que haya gente que abandone. El mercado será el que regulará la producción. Es claro y meridiano que sobran ganaderías. Posiblemente la primera que sobra es la mía.

-¿Los nuevos ganaderos son tan exigentes como los de antaño a la hora de seleccionar?

-No creo que seamos ni mejores ni peores, sino que estamos, en cada época, en función de los gustos de los públicos, de los toreros, de la lidia. Siempre ha pasado así. Desde el siglo XIX se han dado pasos importantes con toreros y ganaderos geniales.

-¿Qué tipo de toros están buscando los ganaderos?

-En líneas generales siempre vamos a ir hacia un punto de equilibrio entre la transmisión y la fuerza del toro. El toro no se debe caer y debe transmitir al público la sensación de que sólo unos pocos privilegiados se pueden poner delante. Todo eso con la bravura integral, que el toro quiera coger el engaño hasta el final, sin desengañarse, que vaya a mejor y que permita, cuando además el toro tiene clase, producir esos momentos mágicos y sublimes que recordaremos para siempre unos momentos irrepetibles.

-¿Cuáles son las ganaderías predilectas de Carlos Núñez?

-La predilecta es la nuestra. Gracias a Dios tengo la ganadería en la que encuentro el concepto de embestida que a nosotros nos gusta. En general, me gusta cualquier toro, de cualquier ganadería, que quiera coger la muleta, que vaya a más, que se sienta a gusto embistiendo. Cada encaste tiene cosas que te gustan mucho. Lo mejor de cada uno de ellos, mezclado, sería el ideal.

-¿Cómo es su toro ideal?

-El que se lidiaba en Sevilla hace treinta años. Un toro con quinientos kilos como mucho, estrecho de sienes, pitones tocados para arriba, que transmiten al torero la misma o mayor seriedad que un toro con más kilos y más anchura de sienes. A los toreros, lo que verdaderamente les impone son las ideas de los toros, más que el tamaño.

-Por último, hábleme su ganadería.

-Está encuadrada en el término municipal de Tarifa. Tapatana, que es nuestra finca, está a cuatro kilómetros de Los Derramaderos, que es la de mi familia de toda la vida. Y ahí seguimos manteniendo y criando el toro de Núñez de siempre, manteniendo los caracteres de fenotipo que lo han hecho encaste propio, de finura, belleza, proporción. Quizá hoy sea un hándicap para el tipo de toro que se pide en muchas plazas. Y sobre todo intentamos mejorar el genotipo, con aquellos caracteres en la embestida que igualmente lo han hecho diferente, con un mayor tranco, el que sea muy enganchable para que venga muy toreado, que es lo que produce el temple y la verdadera emoción.

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