"Mario gusta al público porque es buena gente, un antihéroe"
El actor sevillano cree que la ficción en la que trabaja tiene todos los ingredientes de las series clásicas e incluye, además, elementos nuevos, de ahí que la vea toda la familia

Este actor sevillano de 38 años se dio a conocer al público como presentador de los concursos Identity y ¿Quién quiere ser millonario? Pero en los últimos meses está volcado en su faceta de actor, primero con la serie La chica de ayer y ahora con Los protegidos. Mario, su personaje en la serie revelación de esta temporada en Antena 3, es muy distinto a otros que ha interpretado antes, como el policía Gallardo de La chica de ayer. Esto le está permitiendo demostrar que, con su porte imponente, no sólo sabe hacer de él mismo sino que también posee grandes cualidades interpretativas y un don camaleónico. Y esto es sólo el principio.
-¿Qué cualidades destacaría en Mario, su personaje en Los protegidos?
-Es el típico tío al que nadie mira, el que pasa desapercibido, el que todo el mundo dice que es buena gente. Es un antihéroe. Por eso creo que gusta a los espectadores. Se ha visto sobrepasado totalmente por las circunstancias y está intentando aguantar el tipo. Ha pasado de un hijo a cinco, está viviendo con la mujer que ama pero no sabe si ella siente lo mismo por él... y, por medio de todo esto, están los superpoderes de su hijo y que está intentando ayudar a todos. Es, en verdad, un personaje completamente diferente a los que había hecho hasta ahora.
-¿Al final terminará Mario con Jimena?
-Atracción hay, eso es evidente. Y el roce hace el cariño. Mario siempre estará enamorado de ella, aunque ahora está un poco confuso. Aunque en esta relación los papeles están invertidos; la que lleva los pantalones es ella.
-¿Qué tiene la serie que ha gustado tanto al público?
-Tiene todos los ingredientes de las series clásicas como, por ejemplo, la tensión sexual entre Mario y Jimena, y también entre Sandra y Luis, el Culebra. Además, incluye la ciencia ficción como elemento novedoso. Yo creo que lo bueno es que es una serie para todos los públicos. Y mezcla de varios géneros: comedia, drama, ciencia ficción... aúna lo infantil con las relaciones de los mayores, con la magia, con lo terrenal. Pero no es un batiburrillo sino que cada género la enriquece más.
-Se nota que está contento con el resultado que está teniendo.
-Sí, para mí es un lujo trabajar con el mismo equipo con el que trabajé para La chica de ayer. Porque es la misma cadena, la misma productora, los mismos guionistas, técnicos... Así que ya nos conocíamos y siempre es una ventaja poder trabajar con amigos.
-Ahora que lo menciona. ¿Qué pasó con La chica de ayer?, ¿por qué duró tan poco?
-Sí, fue una pena porque el último capítulo tuvo un 18% de 'share' en Andalucía, por ejemplo. Ufff, era una serie muy cara. Y la crisis está llegando a todos lados. En cuanto a crítica y público estaba funcionando muy bien. Pero requería mucha figuración, caracterización, los decorados exteriores había que adaptarlos a los años 70, etcétera. Acabó porque no había dinero, es así de triste.
-Se desvió un poco de su carrera en su etapa de presentador, ¿no?
-Antes llevaba quince años haciendo teatro. Pero lo que me dio la popularidad a nivel nacional fue Identity, así que le estoy muy agradecido. Aparte, soy de la opinión de que no existen esas diferencias entre el actor y el presentador: lo de presentar es otra faceta del actor y de las artes escénicas. Pero no por presentar, voy a dejar de actuar. Aunque hubo gente que creería eso del presentador metido a actor, cuando en mi caso es al revés.
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