Los más irritantes...

La parrilla televisiva está llena de personajes que crispan los nervios del espectador, pero también resultan imprescindibles

Emily Deschanel, 'Bones'.
Emily Deschanel, 'Bones'.
Adriana Tejada

15 de agosto 2012 - 05:00

Amamos lo que odiamos, es un hecho. Al ser humano le gusta castigarse y esta es una de las múltiples maneras de hacerlo. ¿Por qué, si no, tras horas de trabajo llegamos a casa y ponemos la tele para seguir escuchando a un doctor arrogante y adicto a las pastillas, a un insoportable compañero de piso o a un vecino quejica y cotilla? Personajes como House, o Sheldon de Big Bang Theory o incluso el Antonio Recio de La que se avecina nos resultan insoportables y no nos gustaría toparnos con ellos en la vida real, pero nos gusta verlos en la pantalla.

No obstante, estos personajes no son nunca, ellos solos, el pilar de la serie. Es lo que le sucede al personaje interpretado por Emily Deschanel, la Bones del título de la serie. En ella, es una científica que sufre el Síndrome de Asperger, de manera que dobles sentidos o algunas expresiones no las entiende normalmente. El peso de la serie lo comparten entre ella y su compañero, el agente del FBI al que David Boreanaz le pone cara (y cuerpo) en esta ficción de Fox que lleva ya ocho temporadas. ¿La clave del éxito? El equilibrio entre ellos dos que hace que 'Huesos' resulte menos irritante que si estuviera sola.

En esta idea del equilibrio entre personajes se encuentra la relación entre Sheldon y Leonard en The Big Bang Theory o la que tenían House y Wilson. Son personajes que necesitan de otros para poder resultar irritantes pero queridos a la vez.

En cambio, otros muchos son odiosos porque, como diría Jessica Rabbit, "Los dibujaron así". Es el caso, por ejemplo, de Joffrey en la serie de moda, Juego de Tronos. Es un personaje odioso al que nadie puede llegar a tenerle cariño nunca. Al igual que a Joffrey, es lo que le sucede a Antonio Recio, el 'Mayorista que no limpia pescado' de Mirador de Montepinar, que nace de las peores cosas que se nos puedan ocurrir, de la maldad porque sí y la falta absoluta de escrúpulos para lograrlas.

Por último en el ranking de personajes odiosos, el interpretado por la joven creadora de Girls, Lena Dunham, que si bien no es una mujer muy agraciada físicamente, nos obliga a verla diciendo esas cosas en el espejo todo el tiempo. Además, el modo de solucionar los conflictos que se le ponen por delante o la premisa en sí de la serie (que es una versión cutre de Sexo en Nueva York y comienza cuando sus padres le dicen que van a dejar de mantenerla) tiene un punto de rechazo. Un punto que, no podemos negar, nos encanta.

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