Fallece el hombre más viejo del mundo
Henry Allingham decía que el secreto de su longevidad eran "el whisky, el tabaco y las mujeres muy salvajes".
En junio se había convertido en el hombre más viejo del mundo: el británico Henry Allingham murió hoy a la edad de 113 años en un asilo cercano a la ciudad costera de Brighton, informó hoy la institución.
Allingham, nacido en 1896, vivió en tres siglos distintos y con seis monarcas británicos diferentes.
Casado con su esposa Dorothy durante más de medio siglo, tuvo cinco nietos, 12 biznietos, 14 tataranietos e incluso un tatataranieto.
A la pregunta sobre su receta para llegar a tan avanzada edad, Allingham respondió una vez con un guiño: "Tabaco, whisky y mujeres muy salvajes". Después añadió, más serio: "Hay que cuidarse y conocer los límites propios".
Participó en las dos guerras mundiales
Allingham era uno de los últimos veteranos vivos de la Primera Guerra Mundial y miembro fundador de la Royal Air Force en 1918. El pasado noviembre participó en las festividades por el 90 aniversario del fin de la contienda.
Sin embargo, el tiempo no pudo borrar los recuerdos de las sangrientas batallas. "Vi tantas cosas que me gustaría olvidar, pero que no olvidaré, no puedo olvidarlas", dijo en una ocasión. "Las guerras son estúpidas, nadie gana. Se puede hablar igual de bien antes (de la guerra), pues al final las partes acaban hablando".
Allingham sobrevivió a la guerra con mucha suerte, pues durante la batalla de Skagerrak una granada alemana erró por muy poco un ataque al barco en el que él servía. Tras la guerra fue durante un tiempo a Colonia, pero no volvió a Alemania hasta 85 años después, cuando tuvo lugar un emotivo encuentro con el veterano alemán Robert Meier, de 109 años, pocos meses antes de su muerte.
Entonces, los antiguos enemigos se levantaron de sus sillas de ruedas y se abrazaron. Mediante intérpretes se enteraron entonces de que ambos habían luchado en las sangrientas batallas de Somme, en Francia. "Es demasiado tarde para aprender alemán", dijo Alllingham entonces.
Durante la Segunda Guerra Mundial fueron demandados sus conocimientos de ingeniería para desactivar minas marinas alemanas. Tras la guerra trabajó en la industria del automóvil hasta que se jubiló en 1961.
Viudo desde 1970
Aunque su esposa murió en 1970, pudo valerse por sí mismo durante más de 35 años. Sólo cuando empezó a ver cada vez peor fue en 2006 a un asilo para antiguos soldados ciegos cerca de Brighton. "Hasta entonces era aún relativamente activo", dijo el director de la institución, Robert Leader.
Allingham vivió en persona mucho de lo que la mayoría de las personas sólo conocen por los libros de historia: de niño lloró la muerte de la reina británica Victoria en 1901, experimentó la conmoción por el hundimiento del Titanic en 1912, combatió en la Primera Guerra Mundial y hacia el final de la segunda escuchó las noticias sobre la creación de la primera bomba atómica.
También leyó los titulares del asesinato de Kennedy, vivió el primer mundial de fútbol que ganó Reino Unido, la llegada a la luna, el primer vuelo del Concorde y la muerte de Elvis Presley. Vivió el colapso del comunismo, la caída del Muro de Berlín, la llegada de la era de Internet y los atentados terroristas del 11 de septiembre, así como la llegada del primer presidente negro a la Casa Blanca.
De los seis monarcas británicos de su vida, fue la actual Isabel II quien más tiempo ocupó el trono. La Reina, que recibió a Allingham en 2003 por primera vez, se mostró aflijida por su fallecimiento. "Pertenecía a una de las generaciones que hizo tantos sacrificios hizo por nosotros".
La persona más vieja del mundo es la afroamericana Gertrude Baines, con 115 años, que vive cerca de los Angeles.
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