Los niños del campeón (6-1)

Copa del rey

El Sevilla, guiado por las ganas de los más jóvenes, pasa a lo grande su primera ronda copera dándose un festín que acaba con un global de 10-1.Los canteranos piden paso y Acosta se entona

Los niños del campeón (6-1)
Los niños del campeón (6-1)
Jesús Alba / Sevilla

10 de noviembre 2010 - 23:01

Que no piense el aficionado que es sencillo lo que hizo el Sevilla ayer. Mantener la intensidad que el equipo de Manzano desplegó anoche hasta el último minuto, hasta que Ayza Gámez decretó el final del encuentro, con el resultado que traía del partido de ida en Irún no es algo que puedan hacer todos los conjuntos de Primera. El Sevilla, que ya había metido su bolita en el bombo de octavos de final de la Copa de la que es vigente campeón con el 0-4 que firmó hace dos semanas, dedicó una agradable velada a los seguidores que acudieron al Ramón Sánchez-Pizjuán con la intención de divertirse y de ver en acción a un manojillo de chavales que apuntan maneras en el filial de Ramón Tejada y que quieren empezar a decir cosas en el cuadro de Manzano.

Y se encontró el aficionado no sólo a varios jóvenes jugadores que pujan por llegar, sino que también -y esto quizá no lo esperaba- vio cómo alguna de las denostadas apuestas de la dirección deportiva ofrecía cosas potables cuando ya muchos lo habían dado por perdido. Es el caso de Lautaro Acosta, que puso empeño primero por la banda izquierda y que hasta logró marcar un gol para cerrar un marcador redondo de un Sevilla sin titulares en su once de inicio y que constató que su cantera sigue siendo una de las envidias de España y Europa.

Porque el 6-1 que firmó el cuadro nervionense hay que decir que a lo mejor no hubiera sido posible sin la motivación de futbolistas como Rodri, que puede decirse que fue el primero en meter ritmo a la noche; como Luna, que fue un cañón por la izquierda; como José Carlos, que tiene clase a raudales y dejó dos asistencias y un golazo; o de Bernardo, el primero en debutar y que cuajó un excelente partido en defensa y se marcó un testarazo de los que hacen época.

El Sevilla, gracias a todo eso, está en octavos siendo el equipo que más diferencia ha marcado con su rival en la eliminatoria. Un global de 10-1 que hace pensar mientras otros equipos de Primera sufrían para pasar de ronda y otros, sencillamente, se quedaban en el camino.

Ni siquiera iba a afear la noche el hecho de que el Real Unión se adelantara en el marcador en un despiste defensivo en un córner. Había cierto riesgo de que el partido cayera en una relajación que llevara al aburrimiento, pero para eso sacó Manzano a la gente joven, para que su ímpetu guiara al Sevilla a la noche que dejó en Nervión. Porque no estaban tampoco muy lejos, por ejemplo, los últimos quince o veinte minutos del Sevilla-Valencia, en los que ya no había partido porque los de Emery habían tirado la toalla con el 2-0, o también en la noche ante el Karpaty, un encuentro que, pese al 4-0, fue por momentos aburrido, en particular en la segunda mitad.

Porque el Sevilla, desde que empató por medio de Alfaro de penalti en una jugada propiciada por una de esas arrancadas de raza de Rodri, fue una apisonadora para un Real Unión al que le pesaba el viaje en el mismo día cruzándose España entera y que también tenía a gente no habitual en su alineación. Era cuestión sólo de mantener el ritmo para que los goles fueran cayendo en la portería de San Sebastián, que, como el del santoral, iba a ser aseteado sin piedad por los blancos con un total de seis goles, todos ellos con firma de futbolistas con menos de 25 años.

Rodri, como ha quedado dicho, fue el que mostró el camino. Marcó el segundo de cabeza, pero más allá de su acierto y sus rápidos movimientos en el área, dejó patente que tiene características diferentes a las de los tres delanteros con que cuenta Manzano en su primera plantilla. Bernardo, un descubrimiento, hizo el tercero en otra obra maestra salida de la zurda de José Carlos y ya en el segundo tiempo iban a caerle otros tres al Real Unión, ya con la grada pidiendo a voces a Luis Alberto y con Negredo demostrando una vez más que se ha metido definitivamente a la gente en el bolsillo.

El Sevilla volvió a pegar fuerte en casa, algo que ya es una costumbre desde la llegada de Manzano, demostrando que nada le hace detenerse en la Copa y que para eso es el campeón. Había riesgo serio de relajación, pero de la mano de los niños eso no ocurrió. Porque lo de anoche de verdad que no es fácil.

Ficha técnica:

6 - Sevilla FC: Javi Varas; Konko, Bernardo (Romaric, m.60), Escudé, Luna; Alfaro (Luis Alberto, m.70), Zokora, Cigarini, Acosta; José Carlos y Rodri (Negredo, m.60).

1 - Real Unión: San Sebastián; Javier Subiza (Brit, m.70), Descarga, Esnaola, Sarasola; Quero (Rubén García, m.56), Romo, Marc Mateu (Aiert, m.56), Iker Alegre; Luisma y Goikoetxea.

Goles: 0-1, M.12: Romo. 1-1, M.15: Alfaro, de penalti. 2-1, M.27: Rodri. 3-1, M.41: Bernardo. 4-1, M.57: Cigarini. 5-1, M.73: José Carlos. 6-1, M.85: Acosta.

Árbitro: Ayza Gámez (Comité Valenciano). Amonestó al visitante Javier Subiza (m.15) y al local Zokora (m.76).

Incidencias: Partido disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos diez mil espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.

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