Un silencioso adiós
La sólida irrupción de Beto, que ya ha manifestado su deseo de quedarse, y la renovación de Julián remarcan el destino de Palop fuera del Sevilla. El capitán no juega desde enero.
El Sevilla ha puesto las cartas boca arriba en cuanto a la planificación de la portería. Puede que tenga algún as escondido en la manga, pero éste seguro que no será la renovación de Palop. La austeridad marcada como premisa en estos tiempos de economía de subsistencia impide que un futbolista que, por edad, evidencia un desfase entre su caché y su rendimiento tenga una mínima opción de continuidad. Pero si hubiera alguna duda sobre esta realidad, la sólida irrupción de Beto más la recién anunciada renovación de Julián hasta 2016 para formar parte de la primera plantilla remarcan el destino del capitán fuera de Sevilla.
Se trata de un silencioso y casi anunciado adiós. Palop empezó con buen pie una temporada que parecía que la iba a tener cuesta arriba, pero una nueva lesión, coincidiendo con el traspaso de Diego López al Real Madrid, lo ha dejado varado en la suplencia. La fortuna, que le sonrió en la segunda jornada liguera con aquella expulsión del meta gallego en Granada, le dio la espalda el pasado 25 de enero. Mientras Diego López hacía las maletas rumbo a Chamartín, Palop se lastimaba en el entrenamiento con una nueva lesión muscular, un desgarro en el recto anterior del muslo derecho que lo quitó del primer plano en un momento clave de la temporada, justo cuando podía hacerse fuerte.
El primer capitán de la plantilla tardó un mes en recuperarse de esa dolencia muscular y en ese periodo han pasado demasiadas cosas en la portería, con lo que la esperanza en que se agarrara al puesto para intentar amarrar una complicada renovación se ha esfumado.
Palop no juega un partido desde el pasado 19 de enero. El recién llegado Unai Emery depositó su confianza en el veterano capitán y le dio la titularidad en su debut en el banquillo de Nervión, con motivo de la ida copera en Zaragoza. Tres días después le dio continuidad en Getafe, donde el viento le jugó una mala pasada. "Desde aquí quiero agradecer todas las muestras de apoyo. Yo no me voy a venir abajo. Sólo decir que volvería a repetir la colocación", dijo entonces con su proverbial determinación a través de su cuenta de Twitter. "Muy pronto le devolveré los puntos a mi equipo. La línea de trabajo esta siendo muy positiva. Ahora, el Zaragoza", añadió confiado.
Sin embargo, Emery quiso darle su sitio también a Diego López, que fue quien jugó la vuelta copera ante el equipo de Jiménez en el Sánchez-Pizjuán, y Palop, entre una cosa y otra, no ha vuelto a jugar. Aquel partido, que el Sevilla ganó por 4-0, fue el último de Diego López en Nervión. Dos días después se produjo su traspaso exprés al Real Madrid, necesitado por la lesión de Iker Casillas, y parecía que se le acababa la competencia a Palop, pero su muslo derecho le jugó una mala pasada en el peor momento.
Tanto fue así, que Emery tuvo que jugársela ante el Granada, en su debut liguero en el Sánchez-Pizjuán, con Julián en la portería y Sergio Rico en el banquillo, con la ida de la semifinal copera en ciernes. Ante esta situación, el club anduvo rápido de reflejos y fichó como cedido con opción de compra a Beto, procedente del Sporting de Braga. El luso debutó dando una magnífica impresión en el Vicente Calderón y se agarró a la portería con muchísima fuerza. Ni siquiera el propio Palop tuvo una caída más en gracia que Beto en el Sevilla, a pesar de que en siete partidos ha encajado 13 goles. Hasta tal punto es así que el club está decidido a ejercer la opción de compra por un millón de euros por el meta internacional portugués, que a sus 30 años está en un momento óptimo de forma y de madurez y el martes expresó públicamente su deseo de permanecer en Sevilla, donde se encuentra feliz personal y profesionalmente.
Después de un mes lesionado, Palop regresó a una convocatoria el 27 de febrero, para la vuelta copera con el Atlético. Pero la portería del Sevilla ya tenía dueño. En los doce partidos que quedan, el valenciano intentará pelearle la titularidad a Beto, aunque en estos momentos sólo una sanción o una lesión del portugués podría devolverle ese puesto en el que tanto dio al Sevilla durante ocho largas y muy prolíficas temporadas. A su sombra siempre fiable, el Sevilla vivió la etapa más gloriosa de su historia. Pero el tiempo no pasa en balde y la planificación del club señala que la era de Palop tocó a su fin.
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