Los indignados 'invaden' la Encarnación
El movimiento contra los políticos crece
"¡Nos llaman la generación perdida! ¡Que se note que ya nos hemos encontrado!". De esta forma comenzó ayer una concentración en las setas de la Encarnación a la que acudieron cientos de personas, en su mayoría jóvenes, que fueron convocados a través de la redes sociales por numerosas plataformas, entre las que destaca Democracia Real Ya, que está protagonizando actos similares en toda España.
Alrededor de las 20:00 comenzaron a llegar al Metropol-Parasol algunos grupos para apoyar el desalojo de la manifestación que tuvo lugar el lunes en la Puerta del Sol de Madrid. Sin embargo, con el transcurso de los minutos, las escaleras del complejo se fueron llenando de personas que -vigiladas por una decena de agentes locales y nacionales- se sumaron para protestar contra el sistema político y económico. "Queremos mantener el espíritu de reivindicación que conseguimos el pasado domingo", declaró Rafael Vargas, miembro de la plataforma Malestar.org, una de las que se concentró el pasado día 15 en la Plaza de España.
"Las protestan del norte de África nos han inspirado. Lo que está pasando en nuestro país también es una tragedia", comentó María Molina, una joven que se quejó del elevado paro juvenil. Según dijo Antonio Moreno, miembro de Democracia Real Ya, "queremos airear nuestro descontento con la situación del país". Además, desveló que su intención es acampar en las setas, "aunque estamos esperando el permiso del Ayuntamiento".
No todos los que participaron en la manifestación eran jóvenes descontentos. Manuel Firjo, un jubilado de 70 años, decidió unirse espontáneamente a un movimiento de personas que no paraba de gritar: "¡No nos mires, únete!". "Que esto no decaiga por favor, tenéis más apoyo del que os imagináis porque vuestra causa es noble", gritó Firjo a través de un altavoz. Otros como Juan Carlos Granizo, un funcionario indignado con la "democracia corrupta", acudió a la Encarnación para quejarse, entre otras cosas, de la situación de desempleo que sufren sus dos hijos. "La respuesta de la gente está siendo alucinante. No esperaba tantas personas después de haber hecho la convocatoria con tan poco tiempo", aseguró Vargas.
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