Las 'setas' reactivan el comercio en el entorno de la Encarnación
Los negocios de la plaza de abastos y los bares cifran en un 50% el aumento de clientes · Las tiendas aún no han notado mucha mejoría· Las calles Regina y Puente y Pellón recuperan la vida de hace décadas

Diez días después de la inauguración del espacio Metropol Parasol, los comerciantes de la zona cifran en un 50% el aumento de público en la plaza de la Encarnación y sus alrededores, sobre todo, los fines de semana, en los que este porcentaje suele ser incluso mayor. Un público que ha comenzado a reactivar la zona, según comentaron a este periódico los comerciantes del mercado y su entorno. La mayoría de los placeros de la plaza de abastos también cifran en un 50% el aumento de ventas, al haber recuperado a clientes que, por diversos motivos, no iban a la antigua plaza y al haber hecho clientela nueva. Personas que por curiosidad se acercan a conocer el Metropol Parasol y el mercado "entran y pican", dijeron los comerciantes. El recién estrenado mercado -el próximo día 19 se cumplen cuatro meses de su inauguración- invita a comprar. "Podemos exponer mejor los productos y eso llama la atención", afirmó Juan Manuel Uncala, desde su puesto de pescado. Una opinión compartida por sus compañeros.
La mejoría también la han empezado a notar las tiendas y bares de las calles de alrededor. Todos resaltan la afluencia de personal en estas últimas semanas, pero no en todos los casos destacan un aumento de clientes ni de ventas. La mayoría de los bares de las vías colindantes a las setas, algunos de los cuales han abierto recientemente, hablan de un incremento de un 30% o 40%. Sin embargo, en las tiendas sólo hablan de un leve repunte, del 20%.
Éstos son algunos de los resultados tras la inauguración del Metropol Parasol, donde se reúnen por las tardes tanto turistas como sevillanos. Ayer unos se fotografiaban. Otros observaban los parasoles mientras comían churros en los veladores de la plaza de la Encarnación o en los bancos de los alrededores, que estaban repletos. Los niños correteaban por la escalinata y los obreros apuraban el tiempo para terminar la obra. También sigue habiendo tiempo para críticas, ya que algunos mientras paseaban ayer decían que "las setas están fuera de lugar; esto es una aberración".
En la calle Regina, el trasiego de gente en la tarde de ayer era constante. Ahora hay más ambiente y más público que antes, pero esto no se traduce en aumento de ventas, explicó Alberto Rieño, dependiente de Beto and Claudinha. "Se está vendiendo algo más pero muy lentamente. Aún es pronto para valorar, ya que aún tienen que terminar las obras y abrir la galería comercial. Cuando todo esté terminado se notará mucho y será más positivo para nosotros o, al menos, eso espero. A ver si recupero el dinero perdido en todo este tiempo que la calle ha estado en obras", declaró Rieño. Los pocos locales que quedaban vacíos en esta vía ya han sido ocupados y pronto abrirán nuevos negocios, sobre todo de hostelería, que se unirán a los dos ya existentes. "Parece que al final del túnel se va viendo la luz", destacó este dependiente, que resaltó que la tarde de los viernes y el sábado el repunte de público en la calle es "tremendo. A ver si poco a poco van aumentando las ventas".
Sus compañeros de calle coinciden con la opinión de Rieño. Dicen que hay más público pero que los clientes son los mismos. "La cosa no ha mejorado, está igual o peor", declaró José María García, desde su tienda de decoración y tapicería. Sin embargo, todos esperan que el Metropol Parasol traiga más turistas y reactive el comercio. En definitiva, que la calle vuelva a ser lo que fue hace décadas.
Por ahora poco a poco se está consiguiendo, al menos en lo que a tránsito de personas se refiere, contaron algunos dependientes. "Hacía mucho tiempo que no veíamos por aquí gente y turistas durante todo el día. El paso es constante. Ahora vienen hasta grupos de guiris con guías. ¡ Eso cuándo se ha visto!", exclamó Pura Gallardo, desde el bar la Traviesa, donde la clientela ha aumentado un 40% en estas dos últimas semanas.
Lo mismo ha ocurrido en la plaza, en la cafetería Spala2, cuyos veladores estaban ayer repletos, donde también han notado un 30% más de ventas. "Tenemos mucha gente, sobre todo los fines de semana. El cambio que ha dado es magnífico", contó el camarero Leandro Valencia.
En la calle Puente y Pellón hay opiniones de todos los tipos. Salvo algunos comerciantes que hablan de una subida de ventas de un 50%, en el caso de la tienda Complements, o de un 20%, en la zapatería MaryPaz, los demás todos coinciden en más ambiente en la calle pero los mismos clientes, ni más ni menos. Leves mejoras, pero no muchas. Eso sí, destacaron que esta céntrica vía está recuperando su esencia. "Ahora está la calle como antiguamente. A ver si la gente sigue habituándose a venir, que no sea sólo la novedad", dijo Vicente Carrasco, dueño de ultramarinos Casa Lucas.
Donde este efecto de las setas aún no se han empezado a notar mucho es en la calle José Gestoso, entre otros motivos porque el parasol y la escalinata que da a esta calle está en obras. "La gente viene a ver las setas pero no a comprar. La cosa está igual o peor", sostuvo Rafael del Castillo, dueño de una tienda de corsetería y ropa interior. "Vamos a esperar a ver cómo evoluciona la obra para ver si mantenemos la tienda abierta o la cerramos", dijo Antonio Martín, desde su tienda de todo a 1,20 euros, llamada la Venera.
Pese a todo, la primera impresión es buena, pero los comerciantes dicen que es pronto para valorar el impacto económico.
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