La gestión del museo bajo el Parasol será asumida por el Patronato del Alcázar

Monteseirín forzará por segunda vez en cinco años una reforma de los estatutos del órgano rector del monumento, de cuyas cuentas desviará dinero para la conservación del denominado 'Antiquarium'

Felipe Palomino, Manuel Rey, Alfredo Sánchez Monteseirín, Maribel Montaño y Fernando Amores.
Felipe Palomino, Manuel Rey, Alfredo Sánchez Monteseirín, Maribel Montaño y Fernando Amores.
Carlos Navarro Antolín

16 de septiembre 2010 - 05:03

El Patronato del Real Alcázar de Sevilla tendrá que asumir la gestión del Antiquarium, el museo formado por los restos arqueológicos que hay bajo la Encarnación que debe abrir al público en seis meses. El alcalde ha pedido al director del Alcázar que realice los ajustes necesarios para que el Patronato asuma esta nueva e importante competencia, lo que obligará a reformar nuevamente los estatutos del organismo en menos de cinco años. Monteseirín ya alentó cambios en esta normativa en 2005 para que el Alcázar se hiciera cargo a partir de entonces de la conservación de las Casas Consistoriales. Esta primera reforma sustancial de los estatutos estuvo marcada por la polémica en todo momento, pues provocó las dimisiones como consejeros del organismo rector de la ex alcaldesa Soledad Becerril y del catedrático Vicente Lleó. Ambos defendieron siempre que los fondos que genera la visita turística del Alcázar deben revertir exclusivamente en su conservación. Una de las claves de estas dimisiones radicó en que la reforma estatutaria salió adelante sin que se votara en el propio seno del Patronato, donde sólo se leyó un informe como único trámite.

El ejercicio de 2006 fue el primero en que se desviaron fondos del Alcázar para obras en el edificio noble del Ayuntamiento en la Plaza Nueva. En total, 400.000 euros. El presupuesto vigente de 2010 es de 5.476.000 sin que exista una partida específica destinada a las Casas Consistoriales, aunque sí está comprometida ya una inversión mínima de 250.000 euros.

Monteseirín presentó ayer el comienzo de los trabajos de acondicionamiento de este nuevo museo, formado fundamentalmente con vestigios romanos y almohades, que se abrirá al público a partir de la primavera. Este proyecto cuenta con un presupuesto de 4,2 millones de euros procedentes del Plan 5.000 y un plazo de ejecución de seis meses. Sánchez Monteseirín destacó que se trata del "mayor yacimiento arqueológico romano de toda la ciudad" y que se convertirá en un "nuevo foco de atracción turística de vital importancia", por lo que ha planteado a la Junta su incorporación en el Plan Turístico de Sevilla.

El arqueólogo encargado del proyecto, Fernando Amores, detalló el contenido del Antiquarium, en el que podrán visitarse hasta once hitos arqueológicos. Se sacará a la luz la fábrica de salazones y varias casas de distintas épocas: Casa de la Ninfa, Casa de Baco, Casa de la Columna -conserva el patio y el Mosaico de la Medusa-, Casa de las Basas -en principio se creyó que era una basílica paleocristiana-, Casa del Sigma y Casa de la Noria. Además, podrán observarse el Hospitium de los Delfines, una especie de restaurante-club de la época, según explicó Amores, y el Patio del Océano, donde se conservan pinturas murales de más de tres metros.

Los restos arqueológicos, que datan desde la época de Tiberio hasta el siglo VI y los siglos XII y XIII, estarán ubicados en un espacio diáfano de 4.879 metros cuadrados, con los restos de la ciudad romana a una cota de menos 5,45 metros y una altura libre de 3,95 metros. El Antiquarium está concebido para que el visitante pierda la sensación de estar limitado espacialmente por muros de hormigón.

Así lo ha definido el arquitecto encargado del proyecto, Felipe Palomino González, sobrino del ex presidente socialista del Gobierno al que el Ayuntamiento ha abonado 146.740 euros por la redacción del proyecto de obras de reforma en el complejo Metropol Parasol para su adaptación a centro de interpretación, así como del proyecto de musealización y puesta en valor de los restos arqueológicos. Palomino explicó ayer que se creará una "membrana de vidrio" que envuelva todo el espacio, con capacidad de modificar la percepción del visitante gracias a su cualidad cambiante: ser transparente o translúcido, pasando por todos los grados intermedios, dejar ver o reflejar una imagen, dejar pasar la luz o reflejarla.

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