Una restauradora en la pasarela Cibeles

En un ático de la calle Albareda, Cristina Vázquez ha creado su particular Gabinete de las Maravillas. Con este nombre se designaba en el Renacimiento los lugares donde se conservaban las joyas, hallazgos y obras de artes, la antesala de los actuales museos. Cristina crea y guarda aquí sus propias joyas: tocados, faldas y vestidos diseñados por ella misma. Licenciada en Bellas Artes y especializada en Restauración, desde hace cuatro años ha compaginado su trabajo en museos y en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico con su hobby. "Salía de compras y no me gustaba nada de lo que veía y decidí hacer mis propios complementos, así empezó todo". Una colección de 10 tocados fue su pasaporte para salir en las páginas de revistas como Yo Dona, Vogue o Marie Claire. Desde entonces no ha parado e internet ha sido su principal aliado. Cristina trabaja sola. Asegura que aún no tiene liquidez, pero su firma ya suena, incluso, en Cibeles. Lo que empezó como un hobby se ha convertido en un trabajo a tiempo completo desde que se quedó en paro el pasado mes de mayo. En lugar de venirse abajo, puso todo su interés en su proyecto y empezó a diseñar vestidos, faldas y ropa para niñas, prendas que ha presentado en la pasarela Cibeles y que ha tenido una gran aceptación. Aunque ya dispone de algunos puntos de venta en Madrid y Sevilla, internet sigue siendo su aliado. Desde su web (www.elgabinetedelasmaravillas.com), se pueden elegir las prendas hechas a medida. Su futuro como diseñadora no ha hecho más que empezar.