La población extranjera crece un 14% en un año

El crecimiento de la población extranjera ha permitido a Sevilla capital sobrepasar de nuevo la barrera de los 700.000 habitantes. El número de inmigrantes empadronados en la ciudad se ha incrementado en un 14% en el año 2009 en relación con el año anterior. En cifras, los extranjeros residentes en Sevilla han pasado de los 29.954 registrados en 2008 a los 34.679 de 2009, según consta en los datos extraídos del padrón municipal hecho públicos esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Pese a este incremento, la población extranjera residente en Sevilla sigue suponiendo un porcentaje bastante pequeño del total de habitantes. Los inmigrantes todavía no alcanzan ni siquiera el 5% del total de la población sevillana, a diferencia de otras ciudades españolas en las que la comunidad extranjera es mucho más numerosa. Sin embargo, ha crecido mucho si se compara con los primeros años de la década. En el año 2000, por ejemplo, el número total de extranjeros en Sevilla era de 5.026. Hoy esa cifra se ha multiplicado por siete.

La población total de la capital andaluza es de 703.206 habitantes y ha crecido entre un año y otro apenas un 0,5%, puesto que en 2008 vivían en Sevilla 699.759 personas. Ese crecimiento se ha producido gracias al incremento del número de inmigrantes, ya que la cifra de españoles empadronados ha decrecido en aproximadamente un millar y medio de personas. La población nacional sigue una tendencia que comenzó a principios de la década y que continúa vigente, aunque mucho más mitigada, que es la de la marcha hacia las localidades de la corona metropolitana, que siguen creciendo.

Las cifras de población de la ciudad en 2000 son muy similares a las de 2009. Hace diez años había 700.716 personas censadas en Sevilla, apenas 3.000 menos que en la actualidad. La diferencia radica en que ahora hay muchos más extranjeros que antes, que son los que han permitido que Sevilla siga ganando población en vez de perderla. En algún año de esta década, como ocurrió en 2008, la capital perdió pobladores y bajó por primera vez en muchos años de los 700.000 habitantes.

En el global de la provincia, la tendencia de la población inmigrante es muy similar a la de la capital. De hecho, ha crecido en los mismos términos (alrededor del 14%) que en la ciudad. En toda la provincia, los inmigrantes han pasado de los 62.319 censados en el año 2008 a los 71.993 registrados en el padrón de 2009. En este caso los extranjeros representan un porcentaje del total de la población que no llega ni siquiera al 4%, una proporción todavía inferior a la que se da en la capital.

En la provincia están empadronadas 1.900.224 personas, lo que supone un crecimiento interanual superior al 1%, después de que en 2008 se censaran 1.875.462. En estas cifras se puede apreciar el éxodo de los españoles de la capital a la provincia (sobre todo el Aljarafe) y el fenómeno contrario en el caso de los extranjeros, que optan por asentarse en la ciudad antes que en los pueblos. De hecho, aproximadamente la mitad de los extranjeros empadronados en la provincia residen en la capital.

En comparación con otras provincias, Sevilla es la quinta demarcación territorial más poblada de España por detrás de Madrid (6.386.932 habitantes), Barcelona (5.487.936), Valencia (2.575.362) y Alicante (1.917.012). Esta última adelantó a Sevilla el pasado año gracias precisamente al peso de sus extranjeros, que rondan el medio millón. En cuando a municipios, la capital andaluza es la cuarta de España, también por detrás de Madrid (3.255.944 habitantes), Barcelona (1.621.537) y Valencia (814.208) y seguida muy de cerca por Zaragoza (674.317).

Por nacionalidades, los rumanos son la colonia más numerosa en la provincia, con 10.320 personas censadas, por delante de los marroquíes, que son 8.020. Esta proporción se invierte en la capital, donde los marroquíes son mayoría. La mayoría de los ciudadanos de este país norteafricano -que hasta el año pasado seguía por delante de Rumanía como primer país de origen de los inmigrantes de Sevilla- residen en la capital, mientras que los rumanos viven más en el campo. En la capital hay 3.681 marroquíes por tan sólo 1.967 rumanos. Esto supone que dos de cada diez rumanos residen fuera de la capital. La explicación de este dato es que la mayoría de los rumanos se ganan la vida como temporeros en las tareas agrícolas.

Por detrás de Marruecos destaca Bolivia como segundo país de origen en la capital, con 3.355 habitantes. Casi tres cuartas partes de ellos son mujeres, que suelen ganarse la vida como cuidadoras de personas mayores o de niños. En la misma situación se encuentran los extranjeros procedentes de otros países iberoamericanos, como Ecuador o Colombia, que cuentan en Sevilla con 2.712 y 2.564 ciudadanos respectivamente. Esto hace que América sea el continente que más extranjeros envíe a la ciudad, con 16.038 en total, tres millares más que el año pasado. Todas las nacionalidades de América han aumentado sus representantes en Sevilla. Hace diez años, el número de americanos en la capital era de 1.540.

China se ha colocado como el quinto país en número de habitantes en la ciudad, por detrás de los ya mencionados Marruecos, Bolivia, Ecuador y Colombia. La evolución de la población china ha sido espectacular en diez años, pasando de 382 ciudadanos a 2.094 entre los años 2000 y 2009. Dos tercios de los chinos asentados en Sevilla residen en la capital. Estos datos reflejan el auge de los comercios regentados por chinos en los últimos años en Sevilla, donde se han abierto numerosas tiendas de ropa y de artículos de bajo precio. Los chinos aglutinan la gran mayoría de la inmigración asiática. Como curiosidad, llama la atención el dato de los 64 paquistaníes afincados en la ciudad.

Justo después de China se sitúa Rumanía -en sexto lugar en la capital y primero en la provincia-, con 1.967 personas. Es el país europeo con más representantes. Este continente suma 9.722 ciudadanos en total, de los que 7.627 pertenecen a estados miembros de la UE. También el número de europeos se ha multiplicado en los últimos diez años, ya que en el año 2000 había solamente 1.941 europeos en Sevilla.

Por aquella época, Europa el continente con más extranjeros en Sevilla. La llegada de iberoamericanos y africanos a lo largo de los primeros años de la década fue subiendo los índices de inmigración en la capital, que crecían en la misma medida en que decrecía la población autóctona. Los sevillanos se marchaban al Aljarafe y a otros municipios de la corona metropolitana en busca de una mayor calidad de vida y, sobre todo, de viviendas más baratas.

Estos datos reflejan únicamente el número de extranjeros empadronados y, por tanto, con documentación en regla para vivir y trabajar en España. No aparecen aquellas personas que se encuentran en situación irregular, lo que les priva de derechos sociales como la sanidad.