Las pruebas del tranvía sin cables comenzarán en verano de este año
La empresa CAF y el Consistorio acuerdan un período de ensayo entre julio y agosto antes de estrenar el sistema de alimentación de los trenes por medio de baterías recargables en las paradas
El Ayuntamiento y la empresa CAF han fijado para el próximo verano el inicio de las pruebas del tranvía sin catenarias en el trayecto comprendido entre la Plaza Nueva y la Puerta de Jerez. La empresa se había comprometido en su día a buscar una solución técnica que permitiera la supresión del cableado en el entorno de la Catedral, primer monumento de la ciudad catalogado como patrimonio de la humanidad. En un primer paso, dado en febrero de 2008 para preservar la estética del templo metropolitano, el Ayuntamiento retiró los postes de este tramo del recorrido y los sustituyó por farolas de estilo fernandino que sostienen los cables desde entonces. El segundo paso consistirá en eliminar también los cables y reducir al máximo el impacto de este medio de transporte en las proximidades de la Catedral y el Ayuntamiento.
Fuentes relacionadas con el proyecto de adaptación del Metrocentro al Casco Antiguo confirman que la solución técnica consistirá en el uso de baterías que impulsarán los trenes sin necesidad de cables. Técnicamente, se trata del empleo de un sistema de ultracondensadores. Este sistema pionero consiste en que las baterías puedan alimentarse en cada parada del trayecto, bien por la propia energía que genera la fricción del tren, bien por inducción externa. La realización de las pruebas este verano no requerirá de la ejecución previa de obras. Pero la instalación de este sistema sí exigirá obras de adaptación en cada una de las paradas.
El sistema, desarrollado por la propia CAF con el instituto Tecnológico de Aragón (ITA), está basado en ultracondensadores que son capaces de cargarse en las paradas, con detenciones de alrededor de medio minuto, y emplear la energía almacenada en los recorridos entre ellas, sin necesidad de alimentación suplementaria, además de recuperar y almacenar también la energía del frenado.
La autonomía sin catenaria del sistema se sitúa en unos mil metros, en función de las características del trazado, las prestaciones exigidas y la capacidad instalada. En el caso de Sevilla no hay problemas a este respecto.
El peso del equipo, que ya ha sido probado en la factoría de CAF en Zaragoza, incluida la electrónica asociada, se sitúa en unos mil kilogramos y se instalará para las pruebas en el interior de una de las cinco unidades del Metrocentro sevillano que, previsiblemente, será el primer operador que los explote en servicio comercial. El Ayuntamiento y la empresa han elegido el verano como período de pruebas por ser la etapa del año de menor uso del Metrocentro. En el futuro, estos equipos podrán instalarse sobre el techo de las unidades.
Un aspecto importante que continúa pendiente de decisión es, una vez que se decida la puesta en marcha del nuevo sistema de alimentación, si seguirán usándose los actuales trenes -lo que conllevaría una adaptación- o si se apuesta por vehículos nuevos, en cuyo caso se estrenarían unos trenes de menos tamaño y más adecuados para el trayecto por el Casco Antiguo.
La presencia de catenarias en el corazón del Casco Antiguo ha sido un asunto de polémica continuada, tanto por el alto coste de un proyecto que no tuvo en cuenta desde el inicio un sistema sin impacto visual, como por las críticas de defensores del patrimonio y de ciudadanos en general, que no entendieron las sucesivas obras, primero de construcción del trazado, posteriormente de supresión de los postes y también de desmontaje en cada víspera de la Semana Santa.
Los estudios de impacto ambiental del trazado de ampliación del Metrocentro (del Prado de San Sebastián al apeadero de Renfe en San Bernardo) dejan claro que cuando las catenarias son colocadas fuera de los límites del conjunto histórico de la ciudad ni siquiera hay lugar a debates estéticos. Así lo entiende la Consejería de Medio Ambiente en un dictamen reciente sobre el particular. Por este motivo, el Ayuntamiento limita la supresión de las catenarias al recorrido entre la Plaza Nueva y la Puerta de Jerez, dejando exclusivamente la calle San Fernando (dada la presencia de la antigua Fábrica de Tabacos) como zona de ampliación de la medida para un futuro.
Los técnicos de la Junta de Andalucía especializados en la materia entienden que el impacto paisajístico de las catenarias que se instalarán para conectar el Prado de San Sebastián con el apeadero de San Bernardo será "leve" desde el punto de vista ambiental al tratarse de un entorno puramente urbano. La obra de ampliación comprende un tramo de 885 metros que se suman al de 1,413 kilómetros que ya está en funcionamiento entre la Plaza Nueva y el Prado de San Sebastián.
De esta segunda fase de ampliación, 200 metros se corresponden con un trazado de vía única y 685 con una plataforma. Los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente destacan en las conclusiones de su dictamen favorable que este medio de transporte supone una apuesta por la "reducción de la concentración de algunos contaminantes a nivel local, así como una creciente participación de las energías renovables en la generación eléctrica" en Andalucía.
En cualquier caso, todo lo relacionado con las catenarias ha sido siempre objeto de polémica desde su inauguración en 2007, incluida la sustitución de los postes de la Avenida de la Constitución por farolas fernandinas, que mereció críticas fuertes del PP y de asociaciones conservacionistas que se quejaron por la demora en aplicar esta solución.
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