Sillas: Mercado negro
Reventa incontrolada. Abonados cobran hasta un 1.860% más de su precio por ceder las sillas
Sillas de 10 euros que se venden por 400 y para un solo día. Un desesperado que tiene un compromiso y paga lo que pidan por un asiento en la Campana en la Madrugada. Un turista al que las parcelas se le presentan como un coto restringido para abonados. Una reventa, desconocida hasta ahora, pero que está perfectamente organizada en Internet. La carrera oficial es toda una ocasión de negocio para muchos abonados, una suerte de oportunidad inmejorable para obtener pingües beneficios en tiempos de crisis a costa de la Semana Santa, de las cofradías y de la vía pública. Internet es el foro idóneo donde mercadear con sillas y palcos, de forma descarada e impune sin que el reglamento vigente haya castigado las subastas en las que se ceden los derechos sobre las sillas al mejor postor. El mercado negro llega a elevar el precio de un silla por un día hasta en un 1.860%. La web consultadas por este periódico demuestra que cuanto más se aproxima la fecha del Domingo de Ramos, más suben los precios hasta extremos inusitados. Que la actividad de esta economía sumergida es alta lo demuestra que a mitad de enero ya existen publicados tanto requerimientos como ofrecimientos de cesiones de sillas para la Semana Santa de 2010.
El mercado negro es el pasto idóneo para cientos de aspirantes a una silla en la carrera oficial, un itinerario que dispone de un aforo de 31.000 aientos prácticamente abonado al cien por cien, donde ni isquiera se venden sillas por días sueltos desde hace seis años. Muchos de los reventas no tienen ni siquiera la precaucación de ocultar sus datos personales. Aparecen en muchos casos con los nombres y los teléfonos móviles. El Consejo de Cofradías sabe de este mercado perfectamente organizado, pero no ha tomado ninguna medida al respecto, a pesar de que el reglamento vigente –aprobado de acuerdo con el Ayuntamiento y las organizaciones de consumidores y usuarios– impide claramente estas prácticas y las castiga con la retirada de los derechos.
La carrera oficial se organiza en la vía pública. El Ayuntamiento acuerda la cesión al Consejo para que sea la institución cofradiera la que explote el terreno y reparta las subvenciones con los ingresos generados por la venta de sillas y palcos. Este modelo de organización fue inaugurado con el primer Ayuntamiento de la democracia. Anteriormente era el Consistorio el que concedía directamente las subvenciones a las hermandades. El Consejo gana más de 2,8 millones al año con la carrera oficial, mientras sólo desembolsa en las arcas municipales poco más de 49.000 euros en concepto de tasas por la vía pública. Un negocio redondo, al que sólo cabría añadir los gastos logísticos, muchos de los cuales son incluso asumidos por el propio Consistorio.
El reglamento contempla la posibilidad de que el abonado pueda ceder por un año su silla al Consejo sin perder los derechos sobre ella para las siguientes Senmanas Santas. En tal caso, la institución cofradiera dispondrá de la silla de acuerdo con sus criterios. El artículo 14 (seccion segunda) del reglamento dicta sobre la cesión o transmisión del derecho de uso o adjudicación preferente de las sillas realizado directamente por el abonado a un tercero –sin la intervención del Consejo–, por lo que el titular interesado “podrá ceder ese año su derecho de uso o adjudicación preferente a un tercero, sin perder ese derecho para años sucesivos y sin adquirirlo el tercero”, pero acto seguido especifica: “Está cesión será siempre sin ánimo de lucro y deberá contar con el conocimiento y aprobación de la junta superior del Consejo General de Hermandades y Cofradías, delegando tal función en su tesorero, quien dará cuenta a ésta”. El artículo 20 regula entre las causas de extinción de los derechos sobre las sillas “el incumplimiento por parte del usuario de las condiciones de uso y obligaciones que se establecen el presente reglamento”.
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