Amenazas a los padres y en el colegio

El tipo de violencia familiar más extendida, según los técnicos que trabajan en los juzgados, es la psicológica. De hecho, éste es el tipo de maltrato que prima, aunque los padres se resisten a denunciarlo. Es muy frecuente el amedrentamiento de los padres, que padecen insultos diarios y conductas negativas de jóvenes que rechazan las normas y se convierten en demasiado exigentes con su entorno.

Además, es frecuente que este tipo de conductas se traslade al centro escolar. Normalmente, los menores que llegan hasta la Fiscalía de Sevilla coinciden en haber tenido unas normas familiares muy difusas, un estilo educativo muy permisivo y no suelen adaptarse a un ambiente familiar estructurado.

Además, cada vez hay más chicas que se inician en este mundo delictivo del maltrato familiar. No obstante, todavía la incidencia entre las niñas respecto a los niños es mucho menor, según los expertos, entre un 10 y un 12% menor. Los psicólogos de los equipos técnicos argumentan que la clave de esta diferencia está en la educación, que hace que las niñas sigan siendo más dóciles y están más protegidas por la familia a determinadas edades.

Los menores se transforman en pequeños dictadores, según confirman también los abogados especializados en menores, que achacan a la sobreprotección del niño estos problemas de violencia familiar. Hay menores que no saben admitir un no por respuesta y eso va desarrollando una personalidad egoísta y dictatorial que desemboca en algunos casos en agresiones físicas y maltrato psicológico.

Los profesionales aseguran que, si se trata a tiempo, estas conductas tienen solución, aunque ello requiera el paso por un centro de internamiento. No obstante, en los casos más graves la recuperación se dificulta y es más fácil que aparezca la reincidencia delictiva. Por todo ello, los tratamientos deben ser integrales.