Un avión de Spanair aterriza de emergencia en Sevilla
El aeropuerto de San Pablo, que estaba cerrado, activó un dispositivo especial · No hubo daños personales, pero el pasaje tuvo que esperar siete horas en la terminal
Misma compañía, mismo trayecto y casi el mismo número de vuelo. La escena que se vivió ayer en el aeropuerto de San Pablo hizo recordar a muchos la tragedia ocurrida en agosto de 2008 en el aeropuerto de Barajas, cuando un avión de la compañía Spanair con el vuelo 5022 que realizaba la ruta áerea entre Madrid y Las Palmas de Gran Canaria se estrelló a poco de despegar. El resultado de aquel trágico accidente fue de 153 muertos y 19 heridos. En esta ocasión no hubo fallecidos ni heridos, pero sí un gran nerviosismo entre los pasajeros del vuelo 5042 que viajaban hacia el archipiélago canario en otro avión de Spanair y cuya tripulación se vio obligada a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeródromo sevillano al percatarse de que uno de los motores comenzaba a fallar.
El avión, que había partido de Barajas, se disponía a cruzar el Atlántico cuando los pilotos se dieron cuenta de que uno de los motores comenzaba a perder aceite. En ese momento pidieron permiso para aterrizar en el aeropuerto de Sevilla, que era el más cercano, y evitar el riesgo de sobrevolar el océano en tales condiciones.
A esa hora el aeropuerto de San Pablo se encontraba cerrado, por lo que se tuvo que activar la alerta roja para casos de emergencia como éste, según precisó ayer Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena). El avión, finalmente, pudo aterrizar en Sevilla con un solo motor sin necesitar de la intervención de los bomberos ni del personal sanitario, cuya presencia es requerida según marca el protocolo cuando se producen incidencias de este tipo.
Una vez en tierra, los 185 pasajeros y los 7 tripulantes, que no sufrieron ningún daño, fueron trasladados a las instalaciones del aeropuerto sevillano, donde permanecieron siete horas. Allí, el personal de Aena les proporcionó bebidas y mantas hasta que fueron reembarcados en otro vuelo que partió a las nueve de la mañana con destino a las Palmas de Gran Canaria.
Por la mañana, tras conocerse el incidente, la compañía Spanair explicó que la causa del incidente fue un fallo en el filtro de un motor del aparato, un Airbus 321 que, según explicó la empresa aérea, es uno de los más nuevos de su flota. Sin embargo, los rumores de una posible explosión ya habían circulado entre los propios pasajeros, que comentaron haber oído "extraños ruidos" durante el vuelo. Spanair desmintió este extremo al asegurar que estos ruidos se originan al quedarse detenido el motor y que el olor a quemado, que entra por el aire acondicionado, procede de la pérdida de aceite. "En cualquier caso -precisó la compañía- es imposible que se produzca una explosión por este tipo de avería". El avión permaneció ayer en una pista de San Pablo restringida al vuelo mientras los técnicos procedían a solucionar este fallo.
El incidente de ayer recordó a la tragedia de Barajas, especialmente a los pasajeros, que cuando aterrizaron en Las Palmas de Gran Canaria relataron los momentos de tensión vividos desde que el comandante les informó de problema en el motor hasta el aterrizaje. Los viajeros agradecen a la tripulación el intento por mantener la calma, pero critican a Spanair por el trato recibido, ya que según ellos nadie de la compañía se presentó en el aeropuerto de Sevilla para informarles.
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