Las largas vacaciones de los docentes

Por ley deben trabajar en julio, aunque no acudan a los colegios · La planificación del curso, la formación y la autoevaluación, principales tareas · Los problemas organizativos de la Junta impiden realizarlas

Un profesor imparte su asignatura en una clase de Primaria.
Un profesor imparte su asignatura en una clase de Primaria.
Diego J. Geniz

01 de febrero 2009 - 05:03

Vacaciones por adelantado. Casi el 60% de los docentes sevillanos no acude al colegio en julio, pese a que como funcionarios sólo tiene reconocido un mes de vacaciones. Un porcentaje que en los colegios se traduce en un 90% del claustro con dos meses libres y sólo un 10% de ellos trabajando en julio.

Así lo confirmaron fuentes sindicales que señalan que, a excepción de la dirección de los centros educativos y los profesionales que conforman los tribunales para las oposiciones, la mayor parte de los profesores y maestros no desempeñan ninguna labor después de junio, bien porque desde la Administración autonómica no se les encomienda ninguna tarea, bien porque las labores de planificación no se pueden adelantar ya que hasta septiembre no se conoce con exactitud la plantilla de docentes con la que contará un colegio.

El debate sobre los dos meses de vacaciones que tienen la mayor parte de los docentes ha vuelto a la palestra tras la oposición de los sindicatos al adelanto del inicio del curso escolar que la Junta quiere llevar a cabo y que supondrá que los colegios abran sus puertas siete días antes (cinco jornadas lectivas más), con lo que pasarán a hacerlo del 15 al 7 de septiembre en Infantil y Primaria, y del 15 al 22 en Bachillerato. Secundaria sigue igual.

El rechazo al nuevo calendario escolar se fundamenta en la falta de tiempo que tienen los docentes -que entran en los colegios el 1 de septiembre- para planificar el curso. Una labor que, según sus representantes, no pueden anticipar ya que la plantilla de profesionales de la enseñanza con la que cuenta un centro educativo no se puede concretar hasta septiembre; incluso, una vez comenzado el curso se producen cambios por las bajas de última hora.

La federación de asociaciones de padres y madres de alumnos de los colegios públicos, FAPA Nueva Escuela, ha instado a la Junta a que exija a los docentes que tras la conclusión de las clases permanezcan en los colegios hasta agosto organizando el próximo curso, de manera que buena parte de estos trabajos se encuentren ya adelantados para la fecha propuesta para comenzar las clases: el 7 de septiembre. El fundamento de esta exigencia es el siguiente: los docentes como funcionarios sólo tienen derecho a un mes de vacaciones. Pero, ¿a qué deben dedicar su tiempo los docentes durante julio?

La respuesta de la Administración autonómica abunda en lo que ya es conocido: en los horarios de no obligada permanencia en los colegios -como es el caso de julio- la plantilla está a disposición de la dirección del centro y de la Delegación Provincial de Educación para cualquier función que se le requiera. Dicha premisa viene recogida en la orden de 4 de septiembre de 1987, donde se establece que durante estas horas el docente "se dedicará a la preparación de actividades, tanto lectivas como no lectivas, al perfeccionamiento profesional y en general a la atención de los deberes inherentes a su función". Sin embargo, no existe una referencia clara sobre lo que deben hacer los docentes en julio. Esta falta de concreción deja en manos de la dirección de los centros la lista de tareas a desempeñar por los profesores.

No obstante, existe una serie de labores comunes en todos los centros que atañe a la totalidad de sus plantillas: la planificación, la autoevaluación y la formación. Como ya se ha dicho, la planificación sólo puede realizarse a grandes trazos y de manera provisional por los constantes cambios en los colegios. La necesidad de mayor información sobre la dotación de personal de los colegios es una de las peticiones que profesores y padres exigen a la Junta para adelantar la organización.

La autoevaluación sobre los resultados obtenidos por los profesores a lo largo del curso que acaba de terminar es una tarea que encomienda la mayoría de los centros educativos a los profesores. Un trabajo que hay que entregar antes de que llegue agosto, pero que, obviamente, no requiere de la asistencia al centro.

En cuanto a las tareas formativas, algunos representantes sindicales señalan que, pese a que la Junta organiza cursos durante todo el año, en julio se interrumpen, cuando sería un mes propicio para dar a conocer las últimas técnicas en educación, algo que la Delegación no realiza. Según algunos representantes sindicales, porque la propia administración prevé que la asistencia de los docentes sea reducida, y según otros, por "incapacidad" de la Junta para organizar este tipo de curso en verano.

Por tanto, el principal motivo de la inactividad en julio -según los sindicatos- es el nulo encargo de actividades por parte de la Delegación y la falta de concreción sobre la plantilla que tendrá un colegio en septiembre. Tareas que competen a la administración autonómica y que se convierten en el principal escollo para el desarrollo de las labores docentes.

El resultado se traduce en la desaparición de obligaciones docentes cuando los alumnos abandonan las clases, por lo que sólo el 10% de los maestros de un centro trabajan en julio, principalmente, el equipo directivo. De ahí que los sindicatos no entiendan que la administración adelante el curso cuando "no colabora para que en julio esté todo preparado".

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