La alegría de las huertas

l Mercado de la calle Feria, puestos 49 y 50. 954-916-298

La alegría de las huertas
La alegría de las huertas

30 de octubre 2008 - 05:03

PRODUCTOS ECOLÓGICOS

Hartas de que otros las explotaran, decidieron explotarse ellas solitas. O eso dicen. Son Eva y Paula. Son La Alegría de la Huerta, la tienda de productos ecológicos que en diciembre cumple cuatro años en el muy tradicional mercado de la calle Feria.

Todo tiene su explicación. "Era muy importante para nosotras estar en el mercado para normalizar el consumo de este tipo de productos", aclaran. La oferta es variada, aunque el "el gancho es el fresco": las frutas y la verduras, siempre de temporada. Aunque venden también aceite, vinos, queso, huevos…

El tópico dice que los productos ecológicos están muy bien, pero que son caros, y no es ahora el mejor momento para dispendios innecesarios. "Pero comprar estos productos es una opción. Sabes que es un consumo responsable, y que la calidad está garantizada porque conocemos de dónde vienen y cómo se producen". Y a menudo, aseguran, la diferencia de precio es mínima. "Trabajamos con la cooperativa Pueblos Blancos, con una de Granada que se llama Ecoaltiplano y con una huerta de La Puebla del Río, a la que vamos nosotras. Y todo son variedades locales, menos algo de fruta en invierno, que viene del norte". Los intermediarios han de despabilarse si proliferan este tipo de tiendas.

Eva reconoce que se benefician del cambio que se está produciendo "en el barrio". "Está la gente que vivía aquí de siempre, pero también hay muchas parejas jóvenes con un perfil liberal y un nivel económico bueno", lo que no quiere decir que el público cotidiano del mercado no se incorpore, poco a poco, a su clientela. "Por ejemplo, hay mucha gente mayor que nos compra patatas". ¿Por qué patatas? "Porque las ven y resulta que son las patatas que ellos comían hace años", bien distintas, en aspecto y sabor, de las que se encuentran en los supermercados.

También es cierto que su oferta es, necesariamente, inferior en parte a la de establecimientos convencionales, al vender sólo productos de temporada. "Pero eso también está bien -aclara Paula- y te acostumbras. Y cuando se acerca, por ejemplo, la época de los tomates, te entran más ganas. Y hasta acabas comiendo más variado".

Y tampoco es que pretendan dejar sin clientela a las fruterías de toda la vida que tienen casi a la espalda. Hay público para todos, aparte de que cada vez están más integradas con el resto de compañeros de puestos en el mercado. "En el último año ha entrado más gente joven y tenemos un trato muy cercano". Pues todos contentos.

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