Los padres del IES Mariana Pineda piden desde hace 3 años un logopeda

Los padres de los alumnos del aula especial del Instituto de Educación Secundaria Mariana Pineda, de Montequinto, denuncian la falta de personal para atender a sus hijos, un grupo de seis menores con parálisis cerebral, retraso madurativo y trastorno del espectro autista.

Según Carlos Martín, padre de una niño de 13 años que padece autismo, el aula de educación especial sólo cuenta con un profesor de pedagogía terapéutica cuatro horas y un monitor de apoyo que comparte con otro centro educativo cercano, el CEIP Gloria Fuertes. Además, llevan tres años reclamando la figura de un logopeda.

En este instituto hay matriculados 34 alumnos con necesidades educativas especiales, de los cuales 19 están escolarizados en la modalidad de aula de apoyo a la integración en periodos variables y otros seis son atendidos en el aula específica. De todos estos alumnos, cinco tienen necesidades preferentes de lenguaje y comunicación y siete requieren de ayuda asistencial.

"Tenemos derecho a que nuestros hijos reciban una atención adecuada", afirma Carlos Martín. "Mi hijo tiene un dictamen de escolarización en el que se especifica sus necesidades educativas especiales y no se están cumpliendo".

Algunos padres han recurrido sin éxito a la delegación territorial de Educación de la Junta y al Defensor del Pueblo del Andaluz. Según explica Educación, "el programa de audición y lenguaje reflejado en el dictamen de escolarización de cuatro de los seis niños que acuden al aula especial puede desarrollarse por el tutor del aula de referencia con la intervención indirecta que realiza la maestra en audición y lenguaje del Equipo de Orientación Educativa de la zona".

Alberto Delgado, otro de los padres afectados, niega que el actual profesor de pedagogía terapéutica pueda hacerse cargo de las funciones de un logopeda. "No digo que no esté capacitado. El problema es que mientras trabaja con mi hija, que tiene 14 años y apenas sabe leer, ¿quién atiende al resto de niños?, apunta este padre, que recuerda que el instituto comparte el monitor de apoyo con otro colegio.

Además, el pedagogo sólo está cuatro horas al día. "El curso pasado firmamos una reducción voluntaria del horario escolar, ya que el profesor no podía impartir más de 20 horas lectivas, pero este año nos negamos a volver a firmar".