Pioneros en la enseñanza universal

Se cumplen 25 años de la primera promoción del Bachillerato Internacional en el IES Martínez Montañés Es el único centro público andaluz que imparte esta enseñanza

Un momento del acto de homenaje al IES Martínez Montañés, celebrado ayer en el Teatro Central.
Un momento del acto de homenaje al IES Martínez Montañés, celebrado ayer en el Teatro Central.
Diego J. Geniz

30 de marzo 2016 - 05:03

Fue en 1989 cuando en el instituto Martínez Montañés comenzó a impartirse una modalidad de enseñanza preuniversitaria desconocida hasta entonces en Andalucía: el Bachillerato Internacional (BI). La idea surgió del profesor de Física y Química José de Carrión Tomás, y fue posible gracias a la directora del centro, Carmen Calderón -que ha desempeñado este cargo hasta 2006- y al director general de la Consejería de Educación, Francisco Soriano. Para entender esta apuesta hay que remontarse a la segunda mitad de la década de los 80, cuando España se integra en la denominada entonces Comunidad Económica Europea y es miembro también de la OTAN. La ruptura de las fronteras suponía internacionalizar la educación, es decir, que un alumno de Ciudad Jardín (donde se encuentra el instituto) tuviera la misma preparación académica que otro estudiante de los países que participan en este programa.

Se cumple ahora un cuarto de siglo de la primera promoción de alumnos que se licenciaron en el BI, de ahí que ayer la consejera de Educación, Adelaida de la Calle, tributara un homenaje al centro. A lo largo de estos años, según el director del Martínez Montañés, Juan Andivia, cerca de mil estudiantes han cursado esta enseñanza. Actualmente es el único instituto público andaluz que la oferta. Los otros cinco son privados. En Sevilla desde hace varios cursos también la imparte el San Francisco de Paula.

El desarrollo de este programa conlleva una serie de condicionantes: currículo y metodologías distintos, cursos de actualización obligatorios para el profesorado, evaluaciones internas y externas (ponderación de ambas), mayor carga horaria en las materias troncales, grupos más reducidos y prácticas de laboratorio, entre otros. Para Andivia, estas exigencias dificultan que en Andalucía haya más centros con el BI. "Se exige un suplemento en el cupo, en los gastos de funcionamiento y en la formación del profesorado", señala el director del Martínez Montañés, quien apostilla que de existir más institutos con este programa internacional y en tales condiciones "nos encontraríamos con un problema de justicia distributiva o de equidad".

Este refuerzo, sin embargo, tiene consecuencias más que positivas en el alumnado que lo estudia. Posibilidad de entrar en las mejores universidades del mundo, una mayor exigencia y esfuerzo, la implicación en la comunidad educativa a través de la acción social así como la preeminencia de la oralidad, la reflexión y el pensamiento crítico son algunas de las recompensas por estudiar el BI.

Andivia recuerda que cuando el programa se puso en marcha en el Martínez Montañés este centro ya era "de referencia y solera en la ciudad". "Se implantó gracias a un grupo de profesores preocupados por la formación del alumnado y por la mejora del Bachillerato", subraya este director, quien menciona el texto con el que el B1 fue autorizado por la Junta: "El incremento de las relaciones multilaterales que se desarrollan en el mundo actual afectan especialmente a España, sobre todo a partir de su incorporación a la Comunidad Europea, y trae como consecuencia la oportunidad de abrir el sistema educativo hacia formas internacionales de educación".

El director del Montañés incide en que "no es un programa para superdotados, sino para personas exigentes que quieren saber y profundizar más en una o varias materias". "Lo demandan alumnos que tienen buenas notas y exigen mucho más de sus cursos y centros donde estudian", recalca Andivia, quien reconoce la apuesta de la Junta de Andalucía por este programa y el bilingüismo, aunque critica "la falta de recursos" para ponerlos en marcha.

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