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El Rocío Recorridos de las hermandades de El Rocío en Sevilla

Calle rioja

Miscelánea del 'jet lag' urbano

  • Sevilla empieza a remontar las fiestas navideñas. El invierno viaja en la capital andaluza en diligencia, pero la primavera lo hace en un tren de alta velocidad

EL actor Pepe Quero y el profesor e historiador Pepe Amuedo han pasado por el mismo sitio, el gimnasio de la Fundición, en la calle Crédito. Los dos hacen natación. Dicen que es muy bueno para la espalda, aunque los dos naden crowl, vulgo estilo libre, uno de los primeros monosílabos ingleses de nuestra memoria olímpica. Los cien metros son en atletismo y en natación el mínimo común múltiplo del rendimiento y de la velocidad. Nadie habla de hectómetros en esta doble prueba en la que el trabajo fuerte lo hacen los pies o los brazos. La hectárea tiene mayor aceptación, tal vez por razones agropecuarias. La factura del latifundismo que combatió Paco Casero, ahora evocado en un libro por Raúl Limón.

Fuera de la piscina, en Sevilla hay muchas maneras de hacer los cien metros. El domingo se vieron los primeros ensayos de costaleros. Suelo decir a los impacientes que el invierno en Sevilla viaja en diligencia y la primavera es un tren de alta velocidad. El otoño y el verano son mediopensionistas en esta liturgia del tiempo, su transición es mucho menos vertiginosa.

Enero camina hacia su recta final, la Liga ha cruzado el Rubicón de la primera vuelta, llega el Madrid de Zidane, no hay Gobierno y el 6 de febrero los premios Goya celebran su trigésima edición. Entonces gobernaba Felipe González y Juan Diego se quedó con las ganas del Goya al mejor actor por su interpretación de Franco en Dragón Rapide. Anoche pusieron Raza. Franco firmó con seudónimo el guión de la película de Sáenz de Heredia.

Los costaleros hacían la igualá en Montesión y un primer ensayo en la Alameda, entre los bares Eureka y El Corto Maltés. En la calle Federico Sánchez Bedoya, junto al hotel Simón, se aprovecha la ausencia de tráfico rodado para que un turismo especial se ejercite en la práctica del segway. Tienen allí sus propias instalaciones. Es una mezcla de canguro, cuádriga romana y ciclo futurista de Metrópolis. Niños y mayores aprendían las nociones para surcar las calles sin perder el equilibrio. Hay turismo a pie, en autobús, en bicicleta (causa furor entre los extranjeros) y también esta práctica en la que es fundamental coordinar los movimientos de la cintura con los del trasero. Una clase de Física para asistir después a una lección de Historia.

Sevilla empieza a sacudirse el jet lag de las fiestas navideñas. Viajar a ninguna parte, al interior de uno mismo en las palabras de Eduardo Jordá, puede producir muchos desajustes. Alguna desaplicación, que diría Vicente Cantatore. Guiños del medio siglo por todos lados. Cincuenta años de la bomba de Palomares y el baño de Fraga; del Madrid ye-yé con la ausencia del gran Manolo Velázquez; de la meteórica irrupción discográfica de Miguel Ríos, coetáneo de David Bowie. Aunque ya hayan pasado las fiestas, deberían programar Feliz Navidad, mr. Lawrence. Al contrincante de Bowie en la película de Oshima, Riuhichi Sakamoto, lo vimos actuar en la Expo. El mismo músico japonés que compuso la banda sonora de El último emperador de Bernardo Bertolucci, que también pasó por Sevilla en una de las primeras ediciones del festival de cine.

Este año estrenan película Gonzalo García Pelayo y Alberto Rodríguez. Todo es de color y El hombre de las mil caras. Dos miradas distintas del pasado por dos cineastas con un sexto sentido. Gonzalo lo ha hecho todo en el cine: dirigir, producir e inspirar una saga familiar.

Las chicas son guerreras. Se acababa de clausurar en las Sirenas la exposición Mujeres con mucho Arte y al lado de esta antigua casa-palacio, en el bar Tarín que antes fue La Palma de Oro, estaban tres mujeres de primera: Verónica Álvarez, comisaria artística, mente parnasiana, pariente lejana del ex alcalde Zoido; Ana Llorca, modelo del cartel de fiestas primaverales que pintó Félix de Cárdenas; y Berta Moreno, hermana del arquitecto José Ramón Moreno, viuda de Manolo Perales, el gran humanista y enciclopedista de paisajes y paisanajes urbanos. Las tres con Pive Amador, el mánager de Silvio que lo sigue siendo quince años después de su muerte, aunque ahora conste como jurado de Se llama Copla.

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