La actualidad como historia

calle rioja

Reconocimiento. Cálido homenaje a Nicolás Salas, valenciano de Triana, niño del 33 que desveló los entresijos del 36, cronista del Moscú sevillano y el Macondo de las inundaciones.

La actualidad como historia
La actualidad como historia
Francisco Correal

02 de diciembre 2015 - 01:00

UN siglo de la historia de Sevilla, sinécdoque de la de España, vivido a diario. La forma en la que miden el tiempo los periodistas de raza, el nombre que recibe el sagrado soporte desde el que lo hacen: diario, periódico, rotativo. El legado permanente de Nicolás de Jesús Salas (Valencia, 1933), el niño que nació el año de Casas Viejas y llegó a Sevilla el año de la Revolución de Asturias. A sus 82 años, ayer volvió a sentirse un niño con zapatos nuevos.

52 libros en su trayectoria "y tres sin publicar". Siempre con proyectos. Ayer lo homenajearon sus amigos, discípulos, su familia, con un almuerzo-homenaje en Antares precedido de una galería fotográfica impresionante. Desde Helenio Herrera a Mario Vargas Llosa, desde el cardenal Bueno Monreal, muy cerca de la avenida que lleva su nombre (Salas estrenó despacho de director en la calle Cardenal Ilundain) a Javier Benjumea Puigcerver.

Uno veía a algunos de los comensales del homenaje y les ponía título de libro de Nicolás Salas. Manuel Olivencia: Sevilla en tiempos de la Expo 92. Valentín Álvarez Vigil: Sevilla en tiempos de Ecovol. Miguel Sánchez Montes de Oca: Sevilla en tiempos de la Feria de Muestras. Francisco Herrero: Sevila en tiempos de la Cámara de Comercio. Narró la paradoja, a veces dolorosa, de una ciudad partera de la Historia en la que nacieron el nacionalcatolicismo y el antifranquismo. En esa galería de fotos puede aparece fotografiado con un hijo de Queipo de Llano, Gonzalo como el padre, y con Rosario, hija del comunista Saturnino Barneto.

El periodista que aparece en un palco de la Maestranza con Vargas Llosa evoca a García Márquez. Macondo tiene en Sevilla su acomodo en algunos libros de Nicolás: Sevilla en tiempos del Tamarguillo, Sevilla en tiempos de la Corchuela. Cronista de esplendores y también de declives. Autor de Andalucía. Los siete círculos viciosos del subdesarrollo. El periodismo es la academia de la calle, la cátedra del aliento. Lo arroparon académicos de fuste: Manuel González Jiménez, Rogelio Reyes, Jaime Rodríguez Sacristán. Un medievalista, un catedrático de Literatura, un psiquiatra.

Muchos colegas: casi niños que empezaron con su magisterio y dirigieron periódicos. Viudas de compañeros, como Maribel Bermudo, la mujer de José Antonio Blázquez, las manos de Caracol en la estatua de Sebastián Santos. Hay una Sevilla del 18 de julio del 36 que vivió su espisodio de El Álamo en la Plaza Nueva, con el hotel Inglaterra convertido en trinchera. Por Antares pasó María Teresa Alvarado, viuda de Manuel Otero Luna, madre de Manuel Otero Alvarado, timoneles del hotel. Con su hija Gema.

De Quintero, León y Quiroga, terna de la copla y la tonadilla, a la que el maestro Quiroga formó con Manuel Clavero y Nicolás Salas cuando encarnaron a los Reyes Magos en la Cabalgata de 1977. Un año antes asume la dirección de Abc de Sevilla. En 1976, el mismo año que aparecen El País y Diario 16. En 1954, con veintipocos años, ya era redactor de la revista ¡Oiga!

En 1986 gana el premio Ateneo de novela con Morir en Sevilla. Historiador cotidiano de la Sevilla de Sor Ángela, la de Joselito y Belmonte. La del tranvía y la de los aviones. Cronista de asombros en Diario de Sevilla. Conexión Villalba del Alcor: Juan Robles a dos pasos de El Espigón.

Juan Manuel Castillo le editó dos libros en la Universidad y lo sustituyó como director adjunto de la Feria de Muestras, mano derecha de Antonio Rodríguez Buzón, el pregonero que salió a hombros. Un periodista contra los tópicos, que contó la Sevilla de Abril y la Sevilla Fabril. La ciudad de siempre y la de nunca, la que llama en un libro Sevilla desaparecida. Llegó a Antares con Antonia Pareja, pareja al cuadrado, madre de sus cinco hijos. Una familia cremallera: Francisco, Carmen, Nicolás, Antonia, Miguel. Hijos de un padre políticamente incorrecto autor del libro La otra memoria histórica. En la galería gráfica, fotos con Arza, Curro Romero y Adolfo Suárez, y pintadas en las que le llaman de todo menos bonito. Y una hermosa carta de Mingote dándole las gracias por el apoyo a Gundisalvo en la campaña electoral. ¡Qué candidato para el 20-D!

Publicó en Planeta y con editores más modestos y artesanales. En una fotografía, un Viernes Santo pasa la Virgen del Patrocinio junto a la calle Reportero Nicolás Salas. Cachorro puro.

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