Abanicos para atajar el calor del Macarena
Sanidad
El "mal funcionamiento" del aire acondicionado del hospital dispara las quejas de los pacientes. Los técnicos revisan las habitaciones y áreas de las que reciben partes.
Once de la mañana. Hospital Virgen Macarena. "No quiero ver a más de un acompañante por paciente en la habitación. Después os quejáis de que hace calor aquí dentro", dice en tono impositivo un enfermero en la segunda planta del hospital. En el pasillo, en esta área de Urología, se hacinan familiares con caras de indignación. Su enfado no tiene que ver sólo con las palabras del sanitario. El problema no es nuevo, de este martes. Desde hace más de una semana vienen soportando altas temperaturas dentro del hospital. "Es injusto que nos echen porque los aires acondicionados no funcionan correctamente", asegura uno de los afectados, obligado a terminar su visita.
Entre la aglomeración del pasillo de Urología se encuentra Manuela González, que también tiene que acatar la orden del enfermero. La única forma de soportar el calor en la habitación donde su madre está ingresada es mantener la ventana abierta completamente. "De momento, parece que entra algo de fresco en la habitación, pero veremos a ver si podemos soportarlo al mediodía", advierte. No está dispuesta a pasar otra semana tan agónica como la anterior y baja a quejarse. Su reclamación no pilla a la administrativa por sorpresa."No sabes la cantidad de personas que están viniendo a protestar", contesta la empleada, quien destaca que los afectados que alertan del problema vienen, sobre todo, de las plantas superiores.
El calor aumenta a medida que se suben las escaleras. La sensación térmica en la zona de Medicina Interna, en la séptima planta, no dista de la que se vive bajo el sol en plena calle. Muchos familiares aguardan en el pasillo parapetados tras abanicos y provistos de botellas de agua para saciar su sed. Los usuarios recurren a los métodos más clásicos y rudimentarios para intentar, en vano, refrescarse. Desde las puertas abiertas de par en par en tres habitaciones contiguas se observan ventiladores en funcionamiento.
Para afrontar las altas temperaturas, Ana le ha comprado a su madre uno de estos aparatos. La mujer comenta, desde debajo de la rendija de la climatización, que hace dos días que los operarios de mantenimiento han intentado solucionar la avería. "Ahora parece que sale un hilito de aire", afirma. Pero las aspas del ventilador que le regaló a su madre siguen girando.
El abanico se ha convertido en un elemento imprescindible cada vez que Rafaela Méndez visita a su marido. "¡Qué calor!", es la expresión que más se oye desde hace una semana en su ala. La afectada critica que es vergonzoso que los enfermos no tengan más remedio que estar con los pijamas desabrochados. "Los de mantenimiento vienen de vez en cuando a arreglar la ventilación, pero no se notan los resultados", apunta Méndez, mientras que con una mano se seca el sudor de la cara y con la otra se abanica.
Los pacientes y los familiares admiten que el calor no ha mermado la labor de los profesionales del Macarena, aunque algunos denuncian la falta de personal sanitario. Méndez y González reconocen que la plantilla del servicio de limpieza es insuficiente. "Las habitaciones están muy sucias. El domingo tuve que limpiar la mesita de noche de mi madre, porque estaba llena de polvo", explica González.
Al mediodía, el calor es sofocante en la planta octava, la más alta del hospital. Esta zona es problemente en la que más se noten las altas temperaturas. "En la habitación de mi suegra, en el ala A, el fin de semana pasado fue insoportable. Las enfermeras nos sugirieron que cerráramos las ventanas porque habían avisado para que bajaran el aire y ahora parece que funciona un poco mejor", explica Verónica Lara.
Fuentes del Hospital Macarena responden a la pregunta de este periódico asegurando que no hay ningún problema generalizado en el sistema de climatización y que éste se regula diariamente. No obstante, sí existen averías puntuales en determinadas áreas o habitaciones, pero que el servicio de mantenimiento las arregla cuando se da parte de las mismas.
Tres de la tarde. Ya no entra fresco por las ventanas. Sólo queda volver a los abanicos y a las botellas de agua.
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