Atrapados un día en París

Cuatro horas para recorrer una distancia en la que habitualmente no se emplea más de 60 minutos. Las vacaciones en Disneyland Paris no pudieron acabar peor el pasado viernes para una veintena de sevillanos que se vieron atrapados en un monumental atasco de tráfico que les hizo perder sus vuelos de regreso a Sevilla. Tras más de 15 horas en el aeropuerto de Orly algunos logron llegar ayer a sus domicilios con bastantes euros menos en su bolsillo y la humillación de haber recibido un "trato inhumano", según relata Santiago Raposo, uno de los afectados.

La odisea comenzó el viernes a las 13:30, cuando salieron de las villas de Disney en el servicio de autocar contratado. Lo que iba a ser un breve trayecto hasta el aeropuerto se convirtió en una carrera hacia un atasco desesperante. La Operación Salida programada con motivo del 14 de julio, festivo en Francia, multiplicó por cuatro el tiempo de desplazamiento, una situación habitual cada año en la capital gala que nadie advirtió a los pasajeros sevillanos hasta llegar al aeródromo y reclamar en los puntos de información. "Nos dijeron que era algo previsto y que nadie era por tanto el culpable del retraso con el que llegamos hasta la terminal", explica Raposo. Él llegó con su familia 25 minutos antes de la salida del avión de Transavia que le iba a traer hasta Sevilla, pero ya no pudieron pasar el control de embarque, "a pesar de que el personal era consciente del caos de tráfico".

En esa misma situación se encontraron, además de la veintena de sevillanos, otras familias de Jerez, Valladolid, Alicante o Madrid, entre otros puntos de España, que tuvieron que pasar la madrugada del sábado en Orly. Entre ellos, muchos niños. "Nos sentimos absolutamente desatendidos, el servicio de transporte estaba concertado con Disney, pero nadie nos dio una solución allí, tampoco en algunas de la agencias de viajes y compañías aéreas, como me ocurrió a mí", explica Raposo, que ya prepara varias reclamaciones.

Otros afectados que volaban con diferentes aerolíneas, como Iberia o Vueling, sí pudieron conseguir una alternativa gratuita o bonificada para volver a Sevilla. La familia Raposo, entros otros, tuvo que desembolsar 1.000 euros para comprar nuevos billetes. "Lo peor es que viajábamos con niños, éstos lloraban sin parar al ver que los adultos estábamos nerviosos y desorientados", explica el afectado, que compartió asiento en la terminal con otras cuarenta familias españolas en busca de una solución y para las que el personal del aeropuerto sólo tuvo unas botellas de agua. A las 9:30 pudieron embarcar y ayer pudieron repasar las fotos del viaje a las que añadieron, en esa última etapa, algún bonito recuerdo: la fiesta improvisada de la pequeña Marta, que cumplió tres años en el aeropuerto parisino.